De acuerdo al Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano, en enero de este año murieron 28 personas por violencia de género, es decir, una cada 26 horas.
El equipo de Nuevo Diario, a partir de este informe, se comunicó con Gabriela Yauza, militante de Ni Una Menos Santiago del Estero.
“La violencia de género es un fenómeno social muy complejo que tiene que ver con diferentes factores, no es algo sencillo que se pueda atribuir a una sola causa. Es un tema que demanda un abordaje como sociedad de manera conjunta, desde la educación, desde la cultura, desde la Justicia, la salud”, introdujo.
Según un documento, 27 niños quedaron sin madre, el 49% son menores de edad y el 60% de los agresores eran parejas o exparejas. El 70% fueron asesinadas en su hogar, “el lugar más inseguro” para una mujer en situación de violencia.
“En un contexto de mucha desigualdad en el acceso a derechos básicos como lo son la educación, el trabajo, la salud, la cuestión de la violencia de género es una problemática transversal”, señaló.
Buenos Aires es la provincia con más casos (14), seguida por Santa Fe (5) y Mendoza (2).
“Nosotras percibimos que ha habido un crecimiento en los discursos violentos, que aparentemente está aceptada en la sociedad. No es algo que solo circule en las redes sociales, entre adolescentes, sino también de figuras que representan una autoridad institucional, lo que lo vuelve más grave aún”, acusó.
Yauza, en ese sentido, se mostró “preocupada” porque “vamos corriendo los límites de lo posible, de lo tolerable”.
“Si de golpe aceptamos que es posible amenazar, gritar, maltratar, la violencia se vuelve la manera de vincularnos como sociedad. Y en ese contexto pasan cosas por supuesto, violentas”, advirtió.
Consecuencias de los discursos de odio
Yauza consideró que “la historia nos enseña las consecuencias de los discursos de odio”, por lo tanto, “no podemos ser indiferentes”.
“De pronto vemos que un vecino empezó a hostigar a una pareja de lesbianas, y su hija pequeña, y les ha prendido fuego la casa. Estamos hablando de una situación casi del medioevo, prenderle fuego a la casa a alguien, porque no compartimos algo de su vida. Es tremendo, inaceptable. Entonces, cuando nosotras hablamos del peligro de normalizar los discursos del odio, estamos hablando y refiriéndonos a esto. Tiene consecuencias directas”, ejemplificó.
Implementar mayores políticas públicas
Desde Ni Una Menos Santiago del Estero coincidieron en que, “lejos de compartir la perspectiva de la gestión nacional”, para reducir la violencia “hay que implementar mayores políticas públicas”.
“El camino no es reducir las políticas, todo lo contrario. El no tener resultados no significa o no implica el cierre o descartar ese trabajo. Evidentemente también ahí hay una mirada y una perspectiva que pone en evidencia las prioridades. Es claro que para esta gestión, las personas no somos prioritarias”, apuntaron.