Adriana del Valle Jorge presentó este mes su primer libro: “Inspiraciones espirituales para el alma”, en un reconocido bar de la ciudad Capital.
La escritora, oriunda de Suncho Corral (departamento Juan Felipe Ibarra), atravesó por un camino divino, marcado por la fe, a la hora de plasmar su obra. Esta es su historia.
Juventud
Adriana nació con los tendones cortos: hasta los cinco años no pudo caminar con normalidad (lo hacía en puntas de pie, como una bailarina); por lo que su madre decidió trasladarla hasta la ciudad Capital para que comience un tratamiento de rehabilitación.
La por entonces niña de seis años (ahora 63) regresó a su pago e ingresó al jardín de infantes, donde rápidamente fue integrada.
“Mis compañeros eran muy buenos, muy generosos. Han estado a la par mía”, reconoció la suncheña respecto de su trayectoria educativa.
Adriana fue operada en su adolescencia, lo que le permitió mejorar su condición de vida. “Soy una persona constante y perseverante. No me dejo abatir: he pasado por situaciones dolorosas de pérdidas afectivas, pero mi tenacidad y mi deseo de seguir adelante me han permitido estar donde estoy”, indicó.
Amor por la docencia
La entrevistada estudió, trabajó y se jubiló, en 1998 como docente.
El paso de Adriana por el sistema educativo de Suncho Corral siempre será recordado: a pesar de su dificultad para trasladarse, visitaba, casa por casa, a sus alumnos para asesorarse en qué condiciones se encontraban.
“Los niños eran de recursos bajos. Si bien yo no ganaba mucho, pero el amor que tenía por la docencia me llevaban a comprarles los materiales para que ellos trabajen”, comentó.
Sus alumnos no tenían lápices ni cuadernos. “Me he abocado de lleno y les he comprado todo el material suficiente para que tengan y trabajen. Cuando llegaba fin de año, hacían unas hermosas exposiciones”, celebró.
Palabras iniciales
La escritora vive actualmente en la ciudad Capital, junto a su madre y su hermana, quien está a cargo de ambas.
Se erradicó hace pocos años, luego de que se sometiera a distintas intervenciones quirúrgicas producto de caídas que le ocasionaron quebraduras en el fémur y en una de sus piernas (hoy utiliza un andador).
Sin embargo, el dolor más grande se lo produjo la muerte de uno de sus hermanos: se puso tan mal que ni siquiera era capaz de comer por su propia cuenta.
“Cuando llegué a casa, ya con un tratamiento, me puse a leer la Biblia. Recé y me acosté, pero sentía que en mi habitación estaba Dios. Él me decía que traiga un lápiz y un papel y que comience a escribir”, reveló sobre el origen de “Inspiraciones espirituales para el alma”.
El libro se divide en tres partes: alabanzas a Dios, mensajes a personas que la escritora consideró trascendentales en su vida y un homenaje a sus seres queridos ya fallecidos.
María Cristina, su hermana, definió a Adriana como “un ser de luz”: “Es dueña de una sensibilidad... tiene mucho amor para dar a los demás. A veces tenemos nuestras diferencias y discutimos, pero ella es un ser especial”, expresó.
Volver al pago
Si bien es difícil que Adriana vuelva a vivir en Suncho Corral (por una mera cuestión de cuidados). retornará próximamente para presentar su libro ante la presencia de sus familiares y amigos, los cuales la aclaman: “Es un lugar con muchos talentos. Me dicen que están orgullos por el libro y que me están esperando. Siempre que voy me brindan su afecto”, agradeció.