En nuestro país coexisten más de 6 mil centros de jubilados y pensionados distribuidos en todo el territorio nacional, llegando hasta las comunas y parajes más recónditos. Los mismos constituyen jurídicamente asociaciones civiles sin fines de lucro, algunos existiendo de hecho y otros debidamente reconocidos por el Estado mediante el otorgamiento de la Personería Jurídica, que expide cada organismo administrativo de contralor, ya sea Inspección General o Dirección General de Personas Jurídicas, como es el caso de nuestra provincia.
Los centros de jubilados y pensionados fueron germinados como consecuencia de las políticas de descentralización del Estado, y por aplicación de las teorías de la subsidiaridad, mediante la cual el Estado se desentiende y se desprende de determinadas funciones y responsabilidades, delegando las mismas en organizaciones intermedias, controladas por el mismo Estado con función gendarme, esto sumado a los cambios en las políticas estatales previsionales y el empobrecimiento de la clase pasiva, fruto de las crisis económicas cíclicas en nuestro país y el mundo, situación que confiamos en que por fin hoy se comience a revertir, o al menos es la voluntad que vislumbramos en los actuales gobernantes.
En cada centro se promueven todo tipo de acciones que permitan a los jubilados y pensionados encontrarse siempre activos, sabiendo que la actividad laboral habitual que llevaban antes de entrar en la pasividad no es el último escalón de su vida, sino que fue la base que les permitió llegar con todas sus fuerzas a la adultez mayor y permitirles disfrutar de una vez por todas las cosas buenas de la vida, ya sea la familia, el ingreso económico producido, el esparcimiento sano, las amistades y la vocación de servicio. Cuestiones esenciales que se ven muchas veces postergadas por la vorágine y la vertiginosidad del trabajo diario, situación lamentable y real a la que la sociedad actual nos lleva de manera indefectible si queremos continuar siendo parte del sistema social productivo sin caer en la marginalidad.
“Desde el Foro de Jubilados y la federación provincial cuentan con el total apoyo y amparo de nuestras estructuras sociales y recursos humanos, invitándolos a que recurran sin compromiso cuando necesiten, ya que nuestra principal labor es trabajar por el bienestar de todos los jubilados y pensionados de la Capital”, dijo Rosa Soria, al reflexionar sobre el rol de estos centros y su función en cada barrio, en cada comunidad.
