El sector comercial esperaba mantener el ritmo de las ventas o superar las expectativas en comparación con años anteriores. Por la crisis económica, las ventas disminuyeron notablemente en todos los rubros, incluidos la gastronomía. Una cifra que aterroriza a los comerciantes es que hasta la tarde de ayer, bajaron un 20%, algo que no pueden asimiarlo pero que es una realidad.
En un recorrido realizado por Nuevo Diario ayer, algunos comerciantes e incluso trabajadores indicaron que había quienes están acostumbrados a “esperar hasta la última hora del día” para hacer las compras. La gran mayoría reconoció que es un “momento complicado para todos y no hay chances de recuperar esas ventas”.
A pesar de que se notó el poco movimiento de transeúntes, pero en diálogo con los comerciantes, las cifras que contaron no fueron lo suficientemente buenas.
Milena Zeidel, comerciante de una reconocida perfumería, contó a Nuevo Diario: “Respecto a años anteriores, la venta está bastante difícil, la verdad, pero tratando de seguir poniendo expectativas, al menos hasta la hora de cerrar el local. Lo que la gente más consulta son las fragancias, pero difícil, siendo que pusimos promociones, financiaciones y ni aun así, para nosotros cayó un 15% o más la venta”.
En el rubro de calzados, las firmas contaron algo similar. En el caso de Yésica Malbrán, dijo: “Se notó mucho la poca venta en esta época que es donde la gente más compra para agasajar a las madres, en caso de calzados, lo que más sabían llevar eran las zapatillas, este año lanzamos la moda de sandalias y las promocionamos con buena financiación y descuento, pero fue nula la propuesta. Este año incluso en las calles se nota hasta la poca gente que transita”.
El sector indumentaria, para la venta mayorista se mantuvo, pero la venta minorista se notó la baja, así comentó Daniel Carabajal, quien al ser consultado dijo: “Ya con esto empieza a despertarnos más preocupación, estamos acostumbrados en esta fecha a levantar en ventas, pero si este año con descuentos, promociones y demás no pudimos, estamos en el horno, da la impresión que es una señal”.
Algunos transeúntes en las peatonales, se acercaron para contar: “Es una tristeza que a esta altura no lleguemos para dar algún detalle a nuestras madres, o compartimos en familia un buen almuerzo o llevamos regalos”, dijo Faustina, quien no dudó en expresarse.
Sin dudas, un tiempo difícil para los comerciantes y los clientes.
Seguramente la familia santiagueña hará hoy un esfuerzo por compartir un almuerzo en homenaje a las madres, en momentos en que los alimentos -ya sea carne u otros- han bajado en su consumo a raíz de los bolsillos flacos de los consumidores.