La Villa Mailín se despertó en una mañana fresca, con el aire aún cargado del rocío nocturno, pero el gélido ambiente pronto fue disipado por el ardor de miles de corazones devotos. Peregrinos de todo el país y de más allá se congregaron en el santuario, ansiosos por vivir la fiesta grande del Señor de los Milagros de Mailín. Entre cánticos y oraciones, la figura del Cristo Forastero se erigió como el faro de la fe, atrayendo a una multitud que llegó a tomar gracia y agradecer por los milagros recibidos.
En este marco de profunda espiritualidad, la presencia del cardenal Vicente Bokalic, arzobispo primado, añadió un significado especial a la celebración. En un diálogo exclusivo con Nuevo Diario, el cardenal no solo compartió la emoción de la jornada, sino que también reflexionó sobre la trascendencia de Mailín como un punto de encuentro y consuelo para un país que atraviesa momentos desafiantes.
"Mailín es la gran fiesta de los santiagueños, es el regalo que nos hizo Dios, de este Cristo que se encontró en ese algarrobo histórico. Y es un Cristo que es el amor, la figura de ese Dios hermano nuestro, y esta es la gran convocatoria gracias a Él y esto nos llena de alegría. Con muchas ganas de renovar este encuentro con el Señor y como hermanos en este camino. En una patria herida con tantas divisiones, es el Señor el que nos convoca y por supuesto nos da mucha alegría compartirlo con toda la gente y los santiagueños, y tanta gente que vino de otro lado; es por ello que es una alegría muy grande", remarcó el cardenal, subrayando el poder unificador de la fe en un contexto social complejo.
La huella de Francisco y una nueva misión
El cardenal Bokalic también dedicó un momento para recordar la profunda influencia del papa Francisco: "Él sembró mucho con su palabra, con su ejemplo de vida, de sencillez y de humildad y cercanía, que ha calado profundamente en su corazón y ojalá sigamos esa vida de cercanía, de misericordia y compasión de los que están sufriendo mucho". Un claro llamado a la empatía y la acción solidaria hacia los más vulnerables, inspirado por el Sumo Pontífice.
Además, el arzobispo primado compartió con gratitud su nueva responsabilidad pastoral en la Iglesia Santa María Magdalena en Campo Marcio: "Es una gracia ser responsable de esta iglesia y de una santa tan especial como María Magdalena, que es la apóstola de los apóstoles", expresó, destacando la relevancia de esta figura bíblica.
Un mensaje de esperanza y compromiso ante la difícil coyuntura económica.
En un momento donde la situación económica genera incertidumbre y preocupación en muchas familias, el cardenal Bokalic no eludió la realidad y envió un mensaje directo de esperanza y, a la vez, de llamado a la acción. Para los miles de feligreses y devotos presentes y para todo el pueblo argentino, el cardenal afirmó con claridad: "Esperemos que las autoridades busquen soluciones y realmente se pongan a la altura de las circunstancias y la solidaridad de todo el pueblo", remarcó el cardenal.