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La Provincia Hoy se conmemoran 29 años de la muerte de uno de los grandes humoristas argentinos

Si Tato Bores viviera... la semblanza de un grande, por Yan Pilán

Sagaz, sarcástico, gracioso y entrador fueron aspectos centrales que le hicieron ganar el apodo de actor cómico de la Nación.

Hoy se cumplen 29 años de la muerte de uno de los grandes humoristas argentinos, Tato Bores, quien a través de sus programas televisivos y ácidos monólogos supo parodiar como pocos, o quizá como ninguno, la realidad política y económica del país.

Mauricio Borensztein nació el 27 de abril de 1925, en Buenos Aires; poco afecto al estudio, no llegó a terminar su tercer año en el industrial Otto Krause y, con 15 años, se acercó al mundo de la música como plomo, llevando instrumentos y atriles en las orquestas de Luis Rolero y René Cóspito que lo indujeron a estudiar un tiempo clarinete.

Durante la despedida de soltero del saxofonista Santos Lipesker, Bores hizo lo que ahora llamaríamos un stand-up, con chistes muy festejados, al punto de que sorprendieron al cómico Pepe Iglesias, “El Zorro”, y al guionista Julio Porter, presentes en la fiesta y quienes, en 1945, lo convocaron para que hiciera de partenaire de Iglesias en su programa de Radio Splendid. Y fue ahí donde Porter lo bautizó Tato Bores.

Guionistas

Otro aspecto destacable fue su calidad para elegir guionistas que supieron explotar esa increíble vena monologuista que poseía. Landrú, César Bruto, Jordán de la Cazuela, Aldo Cammarota, Juan Carlos Mesa, Carlos Abrevaya, Adolfo Castelo, Jorge Guinzburg, Basurto, Geno Díaz, Pedro Saborido y Alejandro y Sebastián Borensztein (dos de sus tres hijos) fueron sus socios en la construcción de un personaje que nos sigue sorprendiendo por la vigencia de sus monólogos.

Lo recordamos a Tato hablando a toda velocidad por teléfono o a la cámara, frenético, verborrágico enhebrando los acontecimientos semanales con personajes reales y ficticios en escenas imaginarias, pero siempre certeras a la hora de desentrañar la intencionalidad de cada gobierno o de cada político, a veces expuesta de manera evidente, en otras, de forma solo sugerida.

 

Invitados

El primer presidente que participó de un programa de televisión fue Arturo Frondizi (1908-1995), quien asistió a comienzos de los años '60 al programa Tato siempre en domingo, tras felicitarlo después de uno de sus monólogos, en el que señalaba que en la Argentina faltaba una escuela: La de presidentes.

Se relacionó con varios otros mandatarios: José María Guido, el dictador Alejandro Agustín Lanusse y Raúl Alfonsín, pero quien más visitó su programa fue Carlos Menem, aunque Bores fue taxativo al señalar “no somos amigos”.

“De Tato aprendí el Poder del Compromiso Ideológico en los Monólogos Políticos”

Nuevo Diario, entrevistó a Yan Pilán, actor, autor director de teatro Y dueño del teatro la casa para recordar a Tato Bores y detalló: “Lo primero que recuerdo de finales de los años 70 y principios de los 80 es estar reunido con mi familia, sentados en el living viendo a Tato Bores, el gran monologuista argentino”.

Se refirió sobre la vigencia del humor de Tato Bores en la actualidad

“La vigencia y la actualidad del humor original de Tato siempre está es actual. Escucharlo hoy es exactamente lo mismo que escucharlo hace cuarenta años.

Con respecto a como influyó el estilo de Tato Bores en su carrera como actor dijo: “En mi experiencia como actor, te diría que mi primer gran espectáculo, “Yo el peor de todos”, fue influenciado por el humor político surrealista de Gasalla, pero también tomé de Tato la velocidad monologar y fundamentalmente la estructura ideológica” y agregó, “escuchar a Tato es abrir la ventana para que el humor político entre a nuestras vidas. Escucharlo hoy nos obliga a ejercer una actitud crítica”.

Se refirió al estilo de humor de Tato Bores: “Tato no era un stand up comediante. Era un monologuista de las realidades políticas y que no las toma en forma bizarra, las tomaba con humor, con un humor hiperconstructivo”.

Se refirió a cuál fue la inspiración detrás de su espectáculo de humor político, “Yo el peor de todos” y dijo que, “la inspiración fue la verdad argentina, que quería interpelar a la sociedad. Quería hacer reír, pero también hacer reflexionar”. A cómo surgió su espectáculo; “Yo el peor de todos” y qué significó en su vida dijo que “ese espectáculo fue tal vez las bases en la cual construí toda mi actividad artística hasta el día de hoy. Fue un punto de partida para mí, un momento en el que pude encontrar mi voz y mi estilo como artista. Fue un espectáculo de humor político que me permitió expresarme de manera auténtica y crítica sobre la realidad política de la época”.

Se refirió a su experiencia con el humor político en la década de 2000, en Santiago del Estero “en la década de 2000, pleno gobierno de Juárez, hablar de humor político en Santiago del Estero era difícil. Pero no lo podía evitar, era más fuerte que yo. Sentía la necesidad de expresarme de manera crítica y humorística sobre la realidad política de la época”. Y concluyó:”De Tato aprendí el poder del compromiso ideológico en los monólogos políticos”.

 

 

 

El famoso coro de “la jueza Barú Budú Budía”

El actor, en 1992, censurado por la entonces jueza María Romilda Servini, de Cubría transformó ese episodio en un momento inolvidable que quedó en la historia de la televisión.

Antes de que se emitiera el programa Tato de América del domingo 10 de mayo de 1992, por Canal 13, la magistrada logró interponer un recurso para que uno de los segmentos del ciclo con los famosos monólogos de Tato, no saliera al aire.

Conocido ese hecho de censura previa, en plena democracia, una cantidad importante de artistas y figuras reconocidas del medio, decidieron hacer público su apoyo a Tato. Reunidos en el estudio de televisión, acompañaron a Tato, Enrique Pinti, Chico Novarro, Luis Brandoni, Marta Bianchi, Luis Alberto Spinetta, Luisina Brando, Patricia Sosa, Cipe Lincovsky, Chunchuna Villafañe, Julián Weich, Jorge Guinzburg, Fabián Vena, Sebastián Borensztein, Reina Reech, Juana Molina, Miguel Ángel Solá, Roberto Carnaghi, Hugo Arana, Darío Grandinetti y Juan Leyrado.

También estuvieron Pappo, Soledad Silveyra, China Zorrilla, Gabriela Toscano, Magdalena Ruiz Guiñazú, Mónica Gutiérrez, Fernando Bravo, Juan Alberto Badía, Mario Pergolini, Nicolás Repetto, María Laura Santillán, Pichuqui Mendizábal, César Mascetti, Mónica Cahen D’Anvers, Víctor Hugo Morales, Alejandro Dolina, Ricardo Darín, Gustavo Cerati, Zeta Bosio, entre otros, en una convocatoria inédita.

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