“Tenemos un pedazo de tierra que es nuestra, pero con bandera extranjera”

Mario Alberto Almirón, excombatiente de Malvinas, disertó ayer en la Cumbre Climática de Juventudes de Naciones Unidas, que se lleva a cabo en el Fórun Centro de Convenciones (finaliza hoy).

El equipo de Nuevo Diario dialogó con Almirón, quien perteneció al batallón 2 de Infantería de la Marina, al respecto de su presencia en el panel “Malvinas y Territorialidad”.

“‘Malvinizo’ desde que volví de Malvinas. Esto me pareció excelente: hablar sobre Malvinas en un evento tan importante... Como le digo a los chicos: no soy profesor, solo hablo de mi experiencia y lo que sale hablando siempre de la verdad”, introdujo.

Almirón es oriundo de Buenos Aires, pero hace casi 10 años que reside en la ciudad de Fernández, departamento Robles. También vivió en Tierra del Fuego.

“Cuando fuimos y recuperamos Malvinas, el 90% de nosotros no sabía que existían las islas. Estábamos un poquito como los ingleses, que fueron a un lugar a pelear sin siquiera saber que existía ese lugar”, recordó, y agregó: “De Malvinas se comenzó a hablar muchísimo después de la guerra”.

El excombatiente advirtió que en el sistema educativo nacional “no está incorporado Malvinas”. “No hablo solamente de la guerra, sino de la historia: ¿Por qué son nuestras?, ¿por qué hoy la tienen los ingleses?, ¿qué hay en Malvinas para que no nos la devuelvan? Es nuestra. Tienen que contar la historia de cuando empieza, como cuando los españoles nos cedieron el territorio argentino”, reclamó.

La cumbre está integrada por jóvenes de entre 16 a 35 años. El veterano, tras ser advertido por este dato, reflexionó: “Es lo más lindo, porque cuando doy charlas en las escuelas, son todos jóvenes. Está bueno que sepan lo que es Malvinas: tenemos un pedazo de tierra que es nuestra, pero con una bandera extranjera”.

Almirón, por último, reivindicó a sus compañeros: “Desde el año 83 no tuvimos atención psicológica ni psiquiátrica. En ese lapso, murieron 632, y en la posguera se suicidaron más de 1.000. Actualmente, es casi lo mismo: el veterano de guerra no tiene atención. Mi primera junta médica, para que sepan cómo estaba después de la guerra, fue en 2002. Hasta el día de hoy nunca más me atendieron”.

Y separó: “No puedo hablar de todos los gobiernos, porque cada provincia atiende a su manera a los excombatientes. Sé que acá, en Santiago del Estero, se preocupan mucho por los veteranos de guerra. Están bien atendidos; pero seguimos reclamando, en todos los gobiernos, la necesidad del veterano de guerra: precisamos salud porque cuando llega el 2 de abril seguimos viviendo la guerra, seguimos metidos en 1982. Hay otros que siguen mal y precisan una atención psicológica”.