En el marco del cambio de Sede Primada a Santiago del Estero, Monseñor Ariel Torrado Mosconi, obispo de Nueve de Julio, Buenos Aires, y exobispo auxiliar de Santiago del Estero, compartió sus reflexiones en una entrevista con Nuevo Diario. Con la alegría de regresar a la ciudad que fue su hogar durante varios años, Torrado Mosconi destacó la importancia histórica de esta proclamación y el profundo vínculo entre el Papa Francisco y la diócesis santiagueña.
Torrado Mosconi explicó que el reconocimiento de Santiago del Estero como Sede Primada es un acto de justicia histórica, dado que fue la primera diócesis del país, en su origen conocida como la Diócesis de Córdoba del Tucumán, pero con sede en Santiago. “El Papa Francisco ha querido hacer un reconocimiento histórico a esta diócesis, que fue la primera en el país. Aunque con el tiempo la sede se trasladó a Córdoba, el primer origen de la Iglesia en lo que hoy es Argentina estuvo aquí”, señaló.
El obispo recordó una anécdota con el entonces Cardenal Jorge Bergoglio, quien lo ordenó en 2008 y ya en esa ocasión mencionó que Santiago del Estero debía ser la diócesis primada del país. “Cuando me ordenó, el cardenal Bergoglio dijo: ‘Te vas a Santiago del Estero, que debería ser la diócesis primada’. Años después, ya siendo Papa, tuve la oportunidad de recordárselo durante una audiencia privada en Roma. Aunque no me respondió en ese momento, creo que era algo que llevaba en su corazón”, relató Mosconi, sugiriendo que el cariño especial que el Papa Francisco siente por el pueblo santiagueño pudo haber influido en esta decisión.
Una fiesta para la fe católica
La proclamación de la nueva Sede Primada ha convocado a numerosos obispos de todo el país, en un acto que Mosconi describió como una gran fiesta para la fe católica. Sin embargo, el obispo fue enfático en señalar que ser la primera diócesis no implica un privilegio, sino una mayor responsabilidad en el servicio y la evangelización. “Ser el primero nos exige seguir el camino de Jesús, y ser el primero significa ser el último. Jesús dijo que quien quiera ser el primero debe ser el servidor de todos. Este regalo debe ser una ocasión para que la diócesis de Santiago del Estero tenga el primado en la caridad, en el servicio y en la evangelización”, afirmó.
Monseñor Torrado Mosconi destacó que la proclamación no cambia la estructura de la Iglesia en términos de jurisdicción, sino que es un reconocimiento espiritual. Santiago del Estero continuará formando parte de la provincia eclesiástica de Tucumán, pero este título de primado es una distinción fraterna que subraya el lugar de honor que ocupa en la historia de la Iglesia en Argentina.
La reciente canonización de Mama Antula, figura clave en la evangelización en Argentina, también fue un tema central en la entrevista. Mosconi resaltó cómo la vida sencilla y dedicada de Mama Antula, una laica santiagueña, refleja los valores que la Iglesia busca promover. “La canonización de Mama Antula ha sido un hecho hermoso para el pueblo santiagueño. Vivió la santidad en la vida simple y cotidiana. No era una monja, sino una laica, como tantas mujeres santiagueñas fuertes y trabajadoras, entregadas a la tarea de la evangelización”, destacó.
El obispo recordó con cariño su tiempo como obispo auxiliar en Santiago del Estero, donde aprendió de las catequistas y mujeres que sostienen la vida de la comunidad, transmitiendo los valores del Evangelio. “Este es un llamado a la renovación de la Iglesia en Santiago, y estoy seguro de que será una gracia que encenderá un verdadero espíritu renovador en los valores del Evangelio”, concluyó.
Una ocasión para la renovación espiritual
El cambio de Sede Primada y la canonización de Mama Antula son acontecimientos históricos que, según Monseñor Torrado Mosconi, deben inspirar a la Iglesia en Santiago del Estero a reforzar su misión de servicio y evangelización. Estas transformaciones no solo traen un reconocimiento formal, sino que también subrayan el compromiso que la diócesis tiene con los más necesitados y marginados, siguiendo el ejemplo de Cristo y el mandato del Papa Francisco de construir una Iglesia "pobre para los pobres".