Las artes plásticas, visuales, sonoras y manuales, son parte de un gran crisol que convive hoy en la tradición de Santiago del Estero. Pero parte de ese folclore sólido, también forman parte los colores, las formas, los sabores y aromas de las comidas típicas y tradicionales. Y otra parte fundamental de estas artes tiene que ver con las texturas, con los elementos nativos, que vienen de la tierra.
En este segmento especial, llamado “Oficios con historia”, hablaremos ahora de la historia de uno de los oficios que tiene que ver con las artesanías, y en este nuevo caso, el de un emprendimiento “Resinart”, de una joven pareja santiagueña que trabajan con el material conocido como resina epoxi, con lo que se consiguen hermosos e increíbles productos y resultas de gran nivel.
Laura Gabriela Barrionuevo y Facundo José Alfaro, ella de La Banda y él de ciudad Capital, 25 y 27 años, son pareja e iniciaron este emprendimiento hace aproximadamente tres años. Y conviven en el presente en ciudad Capital.
El inicio
“Esto nace ante la curiosidad que teníamos de trabajar con el material, que es muy poco conocido, la resina epoxi. Siempre se veían en todos tipos de videos, y así empezamos a prestarle mucha más atención. Compramos el material y comenzamos a hacer elementos pequeños. En su momento, nuestra primera feria, el decidir vender lo que estábamos haciendo fue un momento clave para nosotros. Y decidimos en tal ocasión, hacer las placas para los nombres de los animales”, explicaron y recordaron cómo fueron esos primeros momentos.
A su vez, también agregaron que recuerdan con mucho entusiasmo y nostalgia esos tiempos de inicio. “Cada trabajo, sobre todo los personalizados, los vivimos de manera distintas. Hay trabajos que son muy complejos, por ejemplo al trabajar con pelitos de animales. Y la resina es un material que hasta que no se seca del todo, pueden pasar miles de cosas en el medio. En la mayoría, los elementos son complicados y eso sirve para que se hayan perfeccionado con el tiempo”, plantearon.
El proceso sigue
A su vez, al hablar sobre cómo fue que decidieron poner todas sus ganas y expectativas en este emprendimiento. “Es muy gratificante y se siente bien cuando las personas que nos encargan algunos trabajos personalizados se sientan conformes luego con todo. Y el hecho de que nosotros también nos sintamos cómodos al trabajar en trabajos, en encargos espaciales y demás”, dijo Facundo.
Por su lado, Gabriela indicó: “Nuestras familias nos apoyaron desde el primer momento. En el andar vas tomando confianza en el proyecto. Nos ayudaron con materiales, algunas veces con el traslado de todo para algunas ferias o eventos especiales. La abuela de Facu, nos prestó la tarjeta muchísimas veces para comprar maquinaria y elementos necesarios. Ella nos ayuda también en todo momento”.
“Siempre hemos trabajado con seriedad, con respecto de que fuimos conscientes desde un primer momento de que estábamos ofreciendo un producto que sí o sí tiene un tratamiento de calidad. Y hasta puede servir como adorno, accesorios y demás funcionalidades que uno desee”, agregaron.