
Rodrigo Paz, veterano de la guerra de Malvinas, regresó a las islas 43 años después del conflicto bélico.
Paz, de 62 años, soldado del Regimiento de Infantería Mecanizado 3 General Manuel Belgrano, estuvo en el archipiélago entre el 11 y el 20 de abril pasado. Visitó Sapper Hill, Tumbledown y Wirelles Ridge, los lugares en los que combatió, y el cementerio de Darwin, lugar donde se encuentran sepultados los combatientes argentinos.
"Regresé para reencontrarme con todo lo vivido. Fue un desafío personal: reencontrarme con fantasmas y miedos, pero acompañado de 15 maravillosas personas (familiares, amigos y allegados)", comentó el veterano a Nuevo Diario.
El combatiente, consultado por los sentimientos que lo atravesaron, mencionó: "Fue un cóctel de emociones. Fue durísimo, al principio. Volví a los lugares donde estuve. Pude localizar posiciones donde esperábamos a que los ingleses llegaran. Fue emocionante. Sigo conmovido, movilizado".
Sangre santiagueña
Paz, nacido en Buenos Aires, es hijo de un santiagueño. "Más allá de que vivimos en Buenos Aires toda la vida, nos hemos criado como santiagueños", aseguró.
"El santiagueño ama su provincia, ama su tierra, ama el folclore; y nosotros hemos sido criados de esa forma (tiene cinco hermanos y seis hermanas). Amamos Santiago del Estero, como si viviéramos ahí. Respetamos las raíces que tenemos", señaló.
El veterano, que suele visitar la "Madre de Ciudades" al menos dos veces por año, hizo flamear la Bandera argentina y la del Multimedio en Malvinas.
"Hemos cantado chacareras en Malvinas, en un lugar que se llama Darwin House. Nos encanta el folclore. En vez de cantar algo de Queen, cantamos 'Santiago Chango Moreno'. En ningún momento nos dijeron algo; se ve que les gustó. Cuando volvimos, recibimos un mail de un canadiense que vive en Malvinas desde la guerra, que fue nuestro guía: quedó maravillado con el grupo. Recibieron bien las chacareras", reveló.
Las heridas sí sanan
Según Paz, "siempre" sostuvo que las heridas internas "no sanan".
"Ahí estaba equivocado: quedan cicatrices, pero las heridas sanan, sobre todo cuando te enfrentás nuevamente a lo vivido. Empecé un momento de sanación, y cumplí con ese objetivo", reconoció.
El veterano, padre de Sofía, Dolores y Facundo, admitió que "lo más difícil es saber pedir ayuda".
"Pedir que te contengan es importantísimo. Sin la familia y sin la mujer que tengo al lado, que me dio la mano siempre, hubiera sido imposible", agregó.
El combatiente se refirió al proceso de malvinización.
"Desde que se cumplieron 40 años (de la guerra), cambió la mirada sobre el veterano. Hoy sí sentís una contención de la sociedad. Hablo y doy charlas por los que no pueden y por los que ya no están. Tuve el honor y la gracia de visitar el cementerio de Darwin, donde están los verdaderos héroes de Malvinas. Mucha gente me dice: 'sos un héroe', pero la palabra 'héroe' me queda muy grande. Soy un sobreviviente de la guerra. Éramos soldados de 19 años que todavía no empezábamos a vivir y ya teníamos que aprender a sobrevivir. Ese proceso fue largo, pesado y durísimo. Pero bueno, aquí estoy, 43 años después, contando que regresé a las islas y que esas heridas internas han sanado", sintetizó.