Todo se inició por un incidente entre jugadores —adolescentes— tras un penal. La mamá de uno de ellos entró y le pegó una cachetada al rival. De inmediato se metieron otros progenitores y todo terminó en escándalo.

En una plaza del Bº Autonomía, rompió una botella de vidrio y quiso cortarse las venas, cansada de los abusos. La madre sabía, porque la escuchaba llorar al ser sometida, pues todo sucedía en la misma pieza.

Los progenitores, de 40 y 46 años, revelaron a los efectivos que había llegado a la casa totalmente alterado y comenzó a tirar al suelo los bienes de la familia. El informe.