La historia de Lautaro Rivero es una de esas que conmueven e inspiran. Con apenas 21 años, el joven mediocampista vivió un giro impensado en su vida: de vender alfajores en los semáforos para ayudar económicamente a su familia, a ganar la Copa Argentina con Central Córdoba y ahora a estar convocado por Marcelo Gallardo para disputar el Mundial de Clubes con River Plate, el club dueño de su pase.
Rivero fue una de las figuras destacadas de Central Córdoba de Santiago del Estero, donde jugó a préstamo durante la última temporada. Su actuación en la final de la Copa Argentina, que el equipo santiagueño ganó por primera vez en su historia, fue determinante para que River decidiera repescarlo y sumarlo al plantel profesional. Luego tuvo una fuerte presencia en la Copa Libertadores.
“No me olvido de dónde vengo. Hace no mucho tiempo estaba en la calle vendiendo alfajores para poder seguir entrenando. Hoy me toca vivir esto, y no lo puedo creer”, expresó el joven en declaraciones tras conocerse su regreso a River.
Rivero comenzó su carrera en las divisiones juveniles del club de Núñez, pero debió abandonar temporalmente por razones económicas. Su paso por Central Córdoba fue clave: no solo ganó minutos en primera, sino que se consolidó como un jugador con personalidad, dinámica y visión de juego.
