Los comportamientos han cambiado a lo largo de la historia. El sexo es uno de ellos, en los cuales a diferencia del actual pensamiento su goce radicaba en el encuentro entre hombres y el sexo anal. A continuación un repaso por algunas civilizaciones de la Edad Media que realizaban estas prácticas.
La Antigua Grecia tuvo una clara afición por el sexo anal. Un ejemplo fue el ejército de élite, comandado por el famoso Górgidas, y que fue conocido como el 'Batallón Sagrado de Tebas'. Su peculiaridad no solo radicó en convertirse en una unidad militar prácticamente invencible sino en estar compuesto por 150 parejas de soldados homosexuales. Cada duplo se componía por un militar veterano y un joven soldado que además de ser compañeros infatigables de lucha estaban vinculados emocional y sexualmente. Górgidas estaba convencido que esa especial unión entre los combatientes tebanos haría que lo diesen todo en el campo de batalla tanto por el honor hacia su ejército como por el amor que sentían hacia su amante.
Otros países bañados por el Mediterráneo en aquella edadcelebraban una curiosa ceremonia conocida como 'Adelphopoiesis', la cual consistía en una unión de hermanamiento entre personas del mismo sexo -habitualmente hombres- mediante un acto de liturgia religiosa. Estos actos de camaradería, conocidos también como ‘bodas de semejanza’, facultaba a esa pareja a convivir bajo el mismo techo.
Otro cultura que también gustaba de prácticas disimiles a las de proclamadas normales en la actualidad, son la Japonesa. Los samuráis tenían la obligación de servir como amante de su instructor. Dicho periodo de instrucción se conocía como 'Shudō', cuya traducción literal significaba ‘el camino del joven’. Durante los años en los que un joven pupilo era enviado a formarse como samurái no solo aprendía las técnicas de combate o el empleo de la katana, sino también era formado en las artes amatorias a través de la relación sexual que debía mantener con el 'nenja', el samurái adulto al cargo de su enseñanza.
Lo sorprendente no era que dicha relación homosexual estuviese consentida tanto por el padre del pupilo como por la sociedad japonesa en general, sino en la edad en la que los jóvenes aspirantes –conocidos como 'wakashū'- se iniciaban, la cual iba de los 10 a los 13 años.