La pandemia de Covid-19 ha frenado los progresos hacia el acceso universal a la energía, según un informe que proyecta que en 2030 todavía habrá 670 millones de personas sin electricidad.
Actualmente todavía unos 733 millones de personas no tienen acceso a la electricidad y 2400 millones más cocinan con combustibles perjudiciales para su salud y el medio ambiente.
Los confinamientos, los problemas en las cadenas de suministro y el desvío de recursos públicos a otras prioridades han ralentizado los avances.
De seguir a este ritmo, en 2030 el 92% de la población mundial tendrá acceso a la corriente, lejos del 100% que era el objetivo, publica la ONU.
La guerra en Ucrania ha complicado los avances encareciendo el precio de la electricidad.