El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou rompió una de sus promesas de la campaña electoral y cambió las reglas de juego a los trabajadores en actividad mediante una Ley que eleva a 65 años la edad jubilatoria en Uruguay, que fue aprobada esta semana por el Parlamento y que generó rechazo por parte de los sindicatos y la oposición de izquierda.
Tras más de 120 variantes introducidas en los 304 artículos del proyecto original votado en diciembre por el Senado, la conservadora coalición gobernante de Uruguay aprobó sobre finales de esta semana una reforma que, salvo pequeñas excepciones, aumenta en cinco años la cantidad de tiempo necesario para poder obtener una pensión.
Los cambios de las condiciones de jubilación de los trabajadores en actividad generaron resistencia en los sindicatos y en el opositor partido de izquierda Frente Amplio (FA), provocaron protestas de miles de personas frente al Parlamento durante la votación del proyecto y son ampliamente rechazados por los uruguayos, según los sondeos de opinión pública.
De hecho, la coalición de izquierda, favorita para las próximas elecciones, ya anunció que promoverá su derogación si vuelve al gobierno en 2025.
El Ejecutivo pretendía ahorrar 1.200 millones de dólares anuales en el presupuesto previsional con su idea inicial, pero las variantes en más de un tercio del articulado introducidas a último momento en el Parlamento llevan a desconocer el impacto económico que tendrá la reforma en las finanzas estatales.
Además, uno de los argumentos era que la cantidad de cotizantes a la baja hacía necesaria la reforma, aunque datos del Banco de Previsión Social (BPS) muestran que las cifras se mantuvieron estables en los últimos 20 años.
El consenso entre los partidos gobernantes de Uruguay para reformar el sistema previsional se alcanzó luego de fuertes diferencias internas y negociaciones que implicaron cesiones de Lacalle Pou a sus socios, sobre todo al derechista Cabildo Abierto, que logró la reducción de 25 a 20 años la medida de "mejores años" para calcular el sueldo básico jubilatorio y mantuvo los privilegios de las jubilaciones militares.
Pese a que en la campaña electoral Lacalle Pou había prometido "no tocar la edad para jubilarse" de los uruguayos para no "vulnerar ningún contrato" vigente, el presidente consideró "justa y solidaria" la reforma, en un video publicado por Presidencia de la República apenas se votó el articulado en el Parlamento.
"Es una reforma con sensibilidad social", defendió el presidente.
El opositor FA, contrario a la iniciativa, acusó al Presidente de faltar "nuevamente a la verdad", ya que el proyecto cambia las condiciones de acceso a la seguridad social de una gran parte de los uruguayos.
Con información de Télam