Una tranquila tarde de domingo en el barrio San Expedito, en El Bordo, una localidad de Salta, se convirtió en una pesadilla para Ramón Peralta, un trabajador rural y animador de fiestas.
Mientras disfrutaba de unos mates con su esposa, Ramón intentó utilizar un método tradicional para espantar los mosquitos: encender excremento seco de caballo, lo habitual en lugares campestres. Sin embargo, un descuido provocó un accidente que cambió su vida en cuestión de segundos.
Mientras las llamas ardían, uno de los hijos de Ramón se acercó con una botella de alcohol. Sin querer, la botella chocó contra el fuego, derramando el líquido inflamable y provocando una explosión.
Ramón quedó envuelto en llamas y, en su desesperación, corrió por la casa mientras su familia intentaba, sin éxito, apagar el fuego. "Corría por la casa con mi cuerpo ardiendo, no sabían cómo apagarme", relató entre lágrimas el trabajador. Finalmente, un familiar logró sofocar las llamas, evitando lo que pudo haber sido una tragedia aún mayor.
El hecho se complicó debido a la falta de una ambulancia en la zona. Ramón fue trasladado al puesto de salud local por la policía, y desde allí fue derivado al hospital de General Güemes, donde recibió atención médica. Afortunadamente, logró sobrevivir, pero las quemaduras graves que sufrió le impedirán trabajar durante un largo periodo de tiempo.
Ramón, quien es el único sostén de su familia, enfrenta ahora una doble dificultad: la recuperación de sus heridas y la carga económica que su situación conlleva. Con tres hijos y una nieta a su cargo, las dificultades económicas aumentaron. Para ayudar a la familia en este difícil momento, organizaron una rifa solidaria y se habilitó una cuenta para recibir donaciones. Quienes deseen colaborar pueden hacerlo a través del alias: monchoanimaciones.
