En un hecho histórico y profundamente significativo para la diversidad y la inclusión en las fuerzas de seguridad, una mujer trans oriunda de La Rioja fue oficialmente designada como oficial de policía, marcando un precedente de gran valor en la lucha por los derechos y la visibilidad del colectivo trans en nuestro país.
La flamante oficial, que prefirió mantener su nombre en reserva en esta primera etapa, recibió su nombramiento luego de años de estudio, esfuerzo y superación personal, enfrentando no solo los exigentes requisitos de formación, sino también obstáculos sociales que muchas veces excluyen o invisibilizan a las personas trans en espacios institucionales.
“Este uniforme no borra mi identidad, la incluye”, declaró con firmeza, emocionada y con orgullo, al asumir su rol en la fuerza. Sus palabras resuenan como un mensaje claro: su ingreso no solo representa una meta personal alcanzada, sino también una victoria colectiva para todas las personas trans que aún luchan por ocupar un lugar en las instituciones públicas y en la sociedad en condiciones de igualdad.
La oficial agradeció profundamente a su familia elegida, a quienes la acompañaron con amor en cada paso, y dedicó un mensaje especialmente conmovedor a su “yo adolescente”, esa joven que “soñaba en silencio sin imaginar lo lejos que podría llegar”.
El reconocimiento de su identidad de género, junto con el respeto y la aceptación dentro del cuerpo policial, abre el camino a futuras generaciones que también desean servir a la comunidad sin tener que renunciar a quienes son.
