En el estudio, se emplearon datos completos del Registro de Cáncer de California para estudiar a 393.470 hombres y 389.697 mujeres. Además de la diferencia basada en la raza y la etnia, los autores encontraron variaciones en base a su lugar de nacimiento.
Este estudio muestra que los beneficios de estar casado varían según la raza y el origen étnico. Apunta que son los varones solteros blancos no hispanos los que obtienen el peor resultado: una tasa de mortalidad un 24% más alta que los casados.
Las mujeres solteras también presentaban mayor mortalidad que las mujeres casadas, pero la diferencia fue menos significativa que en los hombres. Las mujeres blancas no hispanas solteras tuvieron un aumento del 17% de la mortalidad frente a las que estaban casadas. Mientras que las mujeres solteras de Asia o de las Islas del Pacífico experimentaron un aumento del 6% en muerte por cáncer en comparación con sus homólogas casadas.