Una vez más, los inadaptados dieron la “nota” en lo que debía ser una fiesta del fútbol. Simpatizantes rosarinos, enardecidos, depositaron toda su furia contra una garita policial y agredieron a un funcionario policial.
Anteayer, en la ciudad Capital se disputó la final de la Copa de la Liga Profesional. El campeonato definía al campeón, en un partido que enfrentaba a partir de las nueve de la noche, al Club Atlético Rosario Central —Santa Fe— y a Club Atlético Platense —Buenos Aires—.
Lo que iba a ser una gran fiesta para los rosarinos, terminó empañando por la violencia. Una de las postales más graves que dejó el partido, se produjo minutos antes de las siete de la tarde del sábado. Simpatizantes “canallas”, se presentaron en una garita policial ubicada en el puente Negro, comenzaron a agredir físicamente a un agente de Policía —identificado como Franco Martínez— quien se encontraba cumpliendo servicio en el lugar.
Los violentos ocasionaron daños en la garita; destruyendo vidrios y golpeando la estructura de metal que también resultó con abolladuras. Posteriormente, los revoltosos, se retiraron del lugar mezclándose entre la gente.
Ante la situación, el funcionario policial lesionado alertó a sus colegas y solicitó colaboración para evitar que se suscitara un mayor incidente. Fue examinado por el médico de Sanidad Policial y se realizaron las pericias de rigor.
