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Nueve generaciones detrás de una tradición en honor a un santo mártir

La familia a cargo de la capilla donde llevan adelante esta celebración, que conlleva en sí misma una importante tradición que impacta fuertemente en la identidad colectiva

En este marco de celebración en honor a San Esteban, en el camino desde Maco (Capital) a Sumamao (Silípica), miles de promesantes se hicieron presentes. Pero detrás de esa capilla, donde la figura del santo recibe a miles de devotos, hay una historia de la familia de Ely Juárez, que significa ya la décima generación a cargo de este lugar y de esta celebración. Su mamá, ya era la novena generación, por lo que sería su turno de llevar adelante todo, luego de estar años a la par de su madre para aprender.

 

Como cada 26 de diciembre, la provincia de Santiago del Estero se vistió con los colores (rojo y amarillo) en honor a la celebración de San Esteban, el primer santo mártir de la historia católica que recibe en Sumamao (Dpto. Silípica) a miles de devotos, fieles, peregrinos y promesantes, en un clima de alegría y devoción. Los fieles, desde horas tempranas, hicieron largas colas para tomar gracias de San Esteban, una imagen rodeada de flores, en un altar en donde las lágrimas son muestra de la emoción de los promesantes que al arrodillarse o tocar la imagen afirmaron que les genera una suerte de alivio y contención.

 

Sobre esto, en diálogo exclusivo con Nuevo Diario, Ely expresó: “Esto viene desde mis ancestros, mi señora madre, Hortensia Juárez es la novena generación que viene desarrollando y a cargo de esta gran celebración. Y esto lo vengo mamando desde el vientre de mi madre y desde temprana edad ya nos vienen preparando ellos, los más grandes, para seguir con la tradición. Siempre y cuando el pueblo acompañe y la predisposición de nosotros para esto. Esto se ha iniciado con los bisabuelos de los abuelos, del bisabuelo de mi mamá. Por eso, mi mamá es la novena generación. Cuentan que aquellos abuelitos eran de aquí de Sumamao. Entonces, mi abuelo se enamoró de una maqueña (de Maco) y fueron a vivir allá, por eso la tradición Maco-Sumamao”.

 

A su vez, relató: “Transmitimos esta tradición a las otras generaciones porque queremos que no se corte. Creo que es uno de los pocos santos que peregrina junto a sus devotos. Jamás un vehículo, jamás un motovehiculo, jamás nada. El santo junto a sus bombistos, sus acordeononistas y su gente a caballo”. 

 

 

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