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Opinión

Por qué la reunión con Macron será crucial

Francisco de Santibañes

Infobae

 

 

 

El evento más importante de la gira del presidente Mauricio Macri por Europa será su encuentro con Emmanuel Macron. Si bien en Buenos Aires seguramente se le prestará mayor atención a las reuniones en Moscú y Davos, es en París en donde la Argentina puede recibir noticias positivas.

Para entender mejor la importancia de esta visita repasemos algunos de los motivos por los que Francia sigue siendo un Estado relevante para la comunidad internacional. Además de ser la sexta economía del mundo y la sede de un mayor número de multinacionales que las que tienen los británicos y los alemanes, Francia posee una enorme riqueza científica y cultural. A esto debemos sumarle su poderío militar. Junto a Estados Unidos, Rusia y Gran Bretaña, Francia es el único país con la capacidad necesaria para trasladar su poderío militar a largas distancias.

 

 

En el plano político, Francia es uno de los cinco miembros del comité de seguridad de Naciones Unidas con poder de veto y, junto a Alemania, continúa siendo el motor de la Unión Europea. En años recientes, el enfriamiento de la relación entre Gran Bretaña y Estados Unidos, sumado al acercamiento de Francia a la mayor potencia occidental, iniciada por el presidente Sarkozy y luego continuada por Hollande y Macron, han posicionado a París como el principal socio europeo de Washington. Esta sutil arquitectura de alianzas les ha permitido a los franceses ser el centro de numerosas discusiones internacionales, como ocurrió en la última conferencia de cambio climático.

 

 

¿Pero por qué las relaciones con Francia se han vuelto particularmente importante para la Argentina? Simplemente porque esta “pequeña gran potencia” tiene la capacidad de convertir en realidad dos de las mayores oportunidades que enfrenta nuestra política exterior: la firma de un tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, y el acceso de la Argentina a la OCDE.

La firma de un tratado de libre comercio con la Unión Europea es importante porque nos ayudaría a modernizar una economía que, luego de años de proteccionismo y falta de reglas de juego claras, ha perdido competitividad.

 

 

La eliminación de barreras al comercio le permitiría a nuestros consumidores acceder a más productos y servicios, mientras que los productores argentinos, al tener acceso a nuevos insumos, podrían producir de manera más eficiente. Por otro lado, los exportadores pasarían a tener acceso preferencial al mercado europeo y los inversores extranjeros verían en la Argentina, ya con una política comercial más predecible, un destino más atractivo.

 

 

Hasta ahora, la mayor dificultad que ha encontrado la Argentina para firmar este acuerdo ha sido la negativa francesa —que se entiende, en parte, debido a la presión que ejerce sobre su gobierno el sector agrícola—.

Ser invitado a formar parte de la OCDE también sería un gran logro para la Argentina ya que nos permitiría formar parte de un selecto grupo de países que fomenta la adopción de las mejores prácticas internacionales. Además de darnos prestigio, esto facilitaría la modernización de nuestras instituciones, reduciendo así los niveles de corrupción y fomentando una educación de calidad y un sector público más eficiente.

 

 

La candidatura de Buenos Aires ya tiene el apoyo de actores claves como son Estados Unidos y la secretaría general de la OCDE. Faltaría obtener el respaldo de la Unión Europea —que, entendiblemente, tiende a fomentar la entrada de los países del este europeo—.

Queda entonces en claro que para la Argentina Francia es importante, pero para Francia la Argentina también es importante. El actual contexto latinoamericano, que los encuentra a Brasil y México atravesando serias dificultades, ha posicionado a nuestro país como un socio sumamente atractivo. Y a esto debemos sumarle el hecho que las reformas económicas que viene encarando el Gobierno han despertado el interés por un mercado en donde las empresas francesas históricamente han tenido una presencia importante.

Existen por lo tanto motivos suficientes para que Macri y Macron alcancen algún tipo de entendimiento.

Pero más allá de la coyuntura, el relanzamiento de las relaciones franco argentinas debería servir para sentar las bases para una agenda de mediano y largo plazo. Mencionaré tan sólo una de las posibilidades.

 

 

La necesaria modernización de nuestras Fuerzas Armadas, que aún no ha sido encarada, tiene en Francia un socio natural. El país galo produce el tipo de aviones y submarinos que el Estado argentino necesita para defender su territorio y sus intereses. Podemos entonces pensar en la posibilidad de adquirir, o producir localmente con diseño y tecnología francesas, sistemas de armas como estos. Tampoco sería la primera vez que esto ocurriese. Recordemos el accionar de los aviones Super Étendard durante la Guerra de Malvinas.

En definitiva, existen motivos de corto y largo plazo que explican por qué debemos fortalecer los lazos que unen a la Argentina con Francia.

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