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Opinión

Macri ???amortiza??? el paro con el Mundial y Moyano

En la intimidad del poder y más allá del nivel de adhesión, Mauricio Macri realizó un balance con saldo positivo del paro de la CGT. Dos factores pesaron en el diagnóstico presidencial. En primer lugar, la fecha en que se realizó la protesta. Un mérito que atribuyen a Jorge Triaca, quien negoció con Héctor Daer la convocatoria a una huelga en medio del Mundial del Fútbol de Rusia y un día antes de que Argentina defina su clasificación a octavos. Un fenómeno de almanaque que a pesar del cese de actividades minimizó ante la opinión pública y vació de contenido político el paro general.

 

El segundo factor que entusiasmó a Macri fue el alto grado de visibilidad que tuvieron Hugo y Pablo Moyano como voceros del paro. El camionero conserva poder de movilización y de daño a través de su gremio. Pero es el enemigo ideal para Cambiemos en una confrontación política donde, gratis, el exsecretario general de la CGT subió a Cristina de Kirchner al ring. “Cuando estaba Cristina (Kirchner) comía todo el mundo”, fue la frase escogida por el camionero para criticar la gestión de Macri. Música para los oídos del presidente, urgido por la reaparición de su archinémesis para rebotar en las encuestas después de la caída que sufrió a partir de la reforma previsional, el veto a la ley antitarifas, la corrida cambiaria y la extinción de las metas de inflación.

 

La expresidente no se pronunció sobre el paro de la CGT. El hermetismo de Cristina se mantiene inalterable como estrategia para exponer los errores del Gobierno nacional y evitar que la usen para polarizar de cara a 2019. El gesto de Cristina es valorado por los gobernadores peronistas, quienes la reconocen como la dirigente con más peso electoral de la provincia de Buenos Aires. Un sector de la liga de mandatarios incluso le envió mensaje para alentarla a competir por la gobernación 2019 en un armado con el macro peronismo a nivel nacional. El esquema no convence, sin embargo, ni a Sergio Massa ni a Juan Manuel Urtubey.

 

La mano invisible de la Casa Rosada opera también en la interna de la CGT. El triunvirato que descomponen Daer, el barrionuevista Carlos Acuña y el moyanista Juan Carlos Schmid aparece ante Macri como la formación sindical ideal. Sin conducción unificada, con el poder descentralizado y eclipsada por la oposición dura de los Moyano, este trípode gremial aparece siempre dispuesto a negociar con el macrismo. La fecha en que se realizó el paro del lunes no es un detalle menor y estuvo consensuada con el Gobierno nacional. El gesto llegó en especial del ala que representa a los “Gordos” y al sector del gastronómico Luis Barrionuevo. La afinidad Gobierno-triunvirato se manifiesta en otro dato. Esta central obrera le realizó apenas tres paros generales al gobierno de Mauricio Macri. Dos en 2017 y el lunes se concretó el tercero. “La verdad es que si tenemos que hacer un balance, la CGT nos hizo precio”, confesaba ayer un ministro del Ejecutivo que integra la mesa chica del presidente.

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