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Opinión Alcanzaron en junio último un nuevo acuerdo automotor plurianual, que regirá hasta el año 2020

Argentina y Brasil y los desafíos del Mercosur

Por Mara Laudonia

Agencia Télam

El Mercosur, que lleva 25 años desde su creación, atraviesa una fuerte tormenta de desafíos para consolidar la integración, pero a la vez encuentra a la Argentina y Brasil, los principales socios, embarcados en una estrategia política y económica que prioriza los puntos en común, de la mano de los gobiernos de Mauricio Macri y Michel Temer.

 

 

Si uno mira desde afuera, observa una crisis aparente a nivel institucional, en la que por una situación inédita el Mercosur tiene presidencia pro témpore “vacante” y opera de facto una “conducción colegiada” de los cuatro miembros fundadores (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), ya que Venezuela, país al que debía corresponderle el mandato, no cumplió con los requisitos asumidos cuando se incorporó y el resto de los países del bloque le negó la conducción en septiembre último.

 

Próxima reunión

Distintas voces del bloque, con Macri a la cabeza apenas ganó las elecciones en 2015 –cuando invocó la aplicación se una cláusula democrática para Venezuela que luego no solicitó en la cumbre de Jefes de Estado–, se hicieron sentir contra el gobierno de Nicolás Maduro. Sumida en su propia crisis política interna, es muy probable que Venezuela tampoco logre cumplir con los objetivos propuestos para el 1 de diciembre, el plazo reprogramado por los socios del Mercosur. Y es muy posible que los países miembro decidan que tome la posta aquel que le sigue por orden alfabético: la Argentina.

 

 

La próxima reunión del Mercosur –cuando Macri tomaría la presidencia pro témpore– será en Montevideo cerca del 15 de diciembre, .Tampoco está decidido aún si viajarán los presidentes, ya que la decisión y “el pase de mando lo pueden hacer técnicamente los cancilleres”.

 

 

La primera visita al exterior de Macri como presidente electo fue a Brasil, para ratificar la prioridad de una estrategia de alianza regional que ya tenían el kirchnerismo y el anterior gobierno de Dilma Rousseff. Sin embargo, en los últimos años del kirchnerismo, esa alianza se encontraba resquebrajada desde el punto de vista comercial, desde que aparecieron las declaraciones juradas para frenar las importaciones a la Argentina debido al creciente déficit comercial bilateral con Brasil.

 

 

En la práctica, las DD.JJ. resultaron en medidas pararancelarias que fueron cuestionadas por la OMC, y que dieron varios dolores de cabeza a los empresarios brasileños.

 

 

La gestión macrista las eliminó apenas asumió y las reemplazó por un Sistema Integrado de Monitoreo de Importaciones, con licencias no automáticas que tienen un plazo de hasta 60 días para ser otorgadas.

 

 

“Anteriormente nosotros teníamos dificultad de seguir manteniendo un diálogo y hay que reconocer que eso mejoró muchísimo, en calidad e intensidad”, explicaron desde el lado brasileño. “El gran problema de las DD.JJ. era la falta de transparencia y no había un sistema para saber cuál era realmente la situación. Ahora, podemos establecer una previsibilidad si existe algún problema; no hay una actitud de negarlo, sino más proactiva, y tenemos abiertas las puertas de diálogo en todos los niveles del Gobierno. Lo mismo, los empresarios brasileños son recibidos por autoridades argentinas, como parte de una dinámica”, se explayó una fuente brasileña.

 

Exportaciones

Por otro lado, la Argentina y Brasil alcanzaron en junio último un nuevo acuerdo automotor plurianual, que regirá hasta el 2020, cuando se liberalizaría el comercio del sector, con un límite para Brasil: no podría exportarle al país más de un 150% de las exportaciones argentinas.

 

 

Es decir, si Argentina exporta 100 millones en el sector, no podrán ingresar importaciones por más de 150 millones desde Brasil.

Las nuevas reglas de juego por casi cuatro años le dan más previsibilidad al sector en ambos países, y un poco más de aire desde el lado argentino, que deberá prepararse para la apertura del comercio luego de 2020.

 

 

La industria automotriz es el corazón comercial del Mercosur y prácticamente el único sector en el que las multinacionales operan en un mercado integrado, cuando definen opciones de inversión. Otro de los puntos donde Argentina y Brasil convergen y mantienen una estrategia activa y similar es en alcanzar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

 

 

En mayo último se logró que, luego de 12 años, el Mercosur y la Unión Europea volvieran a intercambiarse una lista con productos a incluir en el acuerdo y de los llamados “sensibles”. No se hacía desde 2004, cuando se suspendieron las negociaciones entre ambos bloques. Más allá del logro diplomático, Europa decidió excluir de esa lista las carnes, el etanol y el azúcar, productos prioritarios y muy sensibles para la Argentina y Brasil.

 

Diplomáticos

¿Podrá haber una acuerdo sin incluir el comercio de carne del Mercosur hacia la UE? “Muy difícil”, responden los diplomáticos argentinos y brasileños, que igual confían en que pueden haber instancias de negociación para llegar a buen puerto, y antes del mediano plazo. Resaltan, en este sentido, que de todos los productos negociados solo el 10% estarían excluidos de un acuerdo de libre comercio, lo que no deja de ser lógico en todo acuerdo, en términos de proporciones, ya que cada bloque defiende sus intereses y el empleo.

 

 

Por último, la presencia de China se impone y presiona sobre el artículo 32 del año 2000 del Tratado del Mercosur, que establece que ningún país puede negociar aranceles por fuera del bloque. El mes pasado, Uruguay y China sorprendieron con el anuncio de fijarse un plazo de dos años para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) que catapulte las relaciones bilaterales. Rápido de reflejos, Macri contestó que prefería que un acuerdo con China se haga dentro del Mercosur.

 

Seducción

En este tema, la Argentina y Brasil también se encuentran alineados y el objetivo es cómo seducir a los socios más chicos del Mercosur para evitar incursionar por pactos bilaterales.

 

 

Con el hecho de estar Temer y Macri, de alguna manera tienen lineamientos comunes en política económica y política exterior, se afianza ese eje del Mercosur y empieza a dar una tendencia de consolidar decisiones que estaban demoradas‘, opina el analista Dante Sica, quien estima que un crecimiento del 1% en Brasil podría hacer crecer hasta 2% a la Argentina. Y eso es lo que esperan para el año próximo.

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