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Opinión Por Redacción del Nuevo Diario

Cuando los mercados bailan al ritmo de Milei: ¿Tolo un show?

Porque, ¿quién necesita un plan económico sólido cuando puedes ganar corazones (y tal vez votos) con un buen movimiento de cadera?. Artículo de opinión por Nuevo Diario.

Es bien sabido que la política y la economía son como un delicado baile, lleno de giros inesperados y saltos audaces. Y hablando de saltos, ¿qué tal el último acto de nuestro presidente, Javier Milei, imitando a una bailarina egipcia en Madrid? Tal espectáculo no solo entretuvo a la audiencia, sino que también, de alguna manera, parece reflejar el vertiginoso vaivén de la economía argentina. Porque, ¿quién necesita un plan económico sólido cuando puedes ganar corazones (y tal vez votos) con un buen movimiento de cadera?

El 13 de junio, en medio de una aprobación recortada de la Ley Bases, vimos un repentino auge en los mercados financieros: bonos subiendo, el Riesgo País cayendo, el dólar en descenso y las acciones disparándose. Como una buena coreografía, parecía que todo estaba en armonía, pero al igual que con cualquier espectáculo, lo importante es lo que sucede detrás del telón. Mientras tanto, en la economía real, la situación no se reflejaba con tanta euforia. Pero no dejemos que los hechos arruinen una buena fiesta, ¿verdad?

Marcos Galperín, un hombre que sin duda sabe cómo manejar sus negocios, se preguntaba cómo se sentirían aquellos que votaron en contra de la ley al ver estos movimientos en el mercado. Claro, porque todos sabemos que los números de un día en la bolsa son el verdadero termómetro del bienestar nacional. ¿Quién necesita análisis profundos cuando se tiene un gráfico de líneas ascendentes?

Sin embargo, la realidad es que, como en cualquier fiesta que se prolonga demasiado, la resaca llega rápido. Apenas unos días después, las acciones comenzaron a caer en picada. El mercado financiero, volátil como siempre, nos recordó que lo que sube rápido, también puede caer con la misma rapidez. Pero no hay que preocuparse, porque la verdadera esencia del espectáculo está en seguir bailando, aunque el suelo se desmorone bajo tus pies.

En medio de todo esto, Milei, con su traje de odalisca, nos muestra que la política no es solo una cuestión de gestión, sino también de espectáculo. Mientras el presidente se desliza con gracia por el escenario internacional, la economía argentina se tambalea. Pero no hay problema, porque, según él, todo está bajo control. ¿Quién necesita estabilidad económica cuando se puede mantener a la audiencia cautivada con cada nueva metamorfosis del presidente?

Mientras tanto, figuras como Carlos Rodríguez y Alfonso Prat Gay nos ofrecen un poco de realidad. Con términos como “hiper recesión” y advertencias sobre la emisión descontrolada de dinero, uno podría pensar que es hora de dejar de lado las coreografías y enfrentar los problemas de frente. Pero, claro, ¿dónde está la diversión en eso?

En conclusión, podríamos estar al borde de un colapso económico, pero al menos tenemos un presidente que sabe cómo mantener el show en marcha. Y si todo falla, siempre podemos contar con que Milei se transformará en la próxima figura mítica o estrella de rock para mantenernos entretenidos. Porque, al final del día, ¿qué es más importante: una economía estable o un buen espectáculo? La respuesta parece clara.

DS Milei
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