Todavía está fresca la “rara” y hasta “ambigua” sensación que dejó el final de “Game of Thrones” (o en castellano “Juego de Tronos”) a raíz de su final allá por el año 2019. Pasaron tan sólo 3 años para que se estrenara esta nueva serie “House of the Dragon” (“La casa del dragón”), una precuela de esta historia también en formato serie y por la misma señal, HBO y desde ahora “Max” a secas. Y ahora se estrenó la segunda temporada de esta serie precuela y anoche se pudo ver ya el tercero de ocho episodios en total. Lo cierto es que, a pesar de que en el primero –estreno global– se logró un gran número de audiencia, en el segundo del pasado domingo, se notó una baja importante y que se trató de evitar anoche.
Pero para analizar en el siguiente artículo, lo importante es el fenómeno de “masas” y de esta era digital, cómo Juego de Tronos marcó la agenda de series y producciones internacionales a lo largo de casi 10 años y ahora se sigue, pero en una nueva etapa. Una etapa donde la propuesta llega a caer densa, a rosar momentos inesperados y poco claros, con un exceso del uso de la técnica de los finales con “Cliff hanger” (recurso narrativo por el cual se crea una situación de gran tensión dramática que, sin embargo, queda interrumpida y deberá completarse más adelante).
Lo que gran parte de la comunidad de audiencia y de fanáticos esperan es que no se dañe la historia, que no se vea manchada con el afán de mantener el éxito que supo sostener y fortalecer a lo largo de 9 años, la serie original. Ooooooo
Cómo fue el fenómeno
La serie de megaproducción “Juego de Tronos” se estrenó en el 2011 y tuvo su octava y última temporada en el año 2019. Logró formar un fandom que parece estar, hoy en día, más sólido que nunca, y siendo que cada vez hay miles de millones que siguen a la historia creada por George R. R. Martin. Desde aquella época donde seriófilos de todo el mundo descubrieron una tierra fantástica habitada por dragones, muertos vivientes, gigantes y cuervos mágicos de tres ojos, esta serie de HBO se convirtió en un fenómeno audiovisual y social casi sin precedentes, como demuestran los casi 31 millones de espectadores que vieron la última entrega.
El 14 de abril del 2019 se estrenó la octava y última temporada -fueron 6 capítulos, de más de una hora de duración, y se mostraron dos grandes batallas que hicieron historia en la televisión- que puso punto y final a 67 episodios, siete temporadas en antena y más de 2.475 muertes de una serie creada por Daniel B. Weiss y David Benioff que adaptaron a la televisión la obra original de los libros de la saga literaria de Martin. La misma titulada como “Canción de hielo y fuego”. Según cuenta la leyenda, el escritor sólo aceptó la propuesta después de que Weiss y Benioff respondieran correctamente a la pregunta formulada por el autor de la saga: “¿Quién es la madre de Jon Nieve?”.
«Sólo hizo falta un fotograma de Arya Stark, una de las heroínas de la serie, con el rostro ensangrentado y la respiración entrecortada, para volver locos a millones de personas en todo el mundo», señalaron especialistas en el género. Pues, si se trata de encontrar las razones por las que fue un fenómeno y éxito social, se puede inferir las siguientes: ambición, buena materia prima, evolución, ambientación, la mejor mala o villana, las actuaciones y la música.
Audiencia
El miedo latente es que esta segunda temporada, conforme pasen los episodios no esté a la altura de lo que fue el primer episodio de esta temporada y que incluso, el nivel ha bajado si se compara con el que se obtuvo en el 2022 cuando se estrenó la primera temporada.
Si bien el primer capítulo tuvo una recepción generalmente positiva, parece que no todos vieron este episodio, puesto que se ha reportado una caída de audiencias del 50% en comparación con la primera temporada.
De acuerdo con Samba TV, el primer capítulo de la segunda temporada de House of the Dragon alcanzó una audiencia de solo 1.3 millones de espectadores. En comparación, el primer episodio de la primera temporada generó 2.6 millones de miradas. Esto representa una caída del 50%, algo que pocos veían venir. Cabe agregar que, estas cifras son según zona de Estados Unidos y parte de Latinoamérica y Sur de América.
Usualmente, las series crecen con cada nueva temporada, y es algo extraño que este no sea el caso para una producción tan aclamada y de gran alcance como lo es House of the Dragon. Por su parte, Variety ha señalado que el show ha alcanzado un total de 7.8 millones de espectadores, un récord para Max.
Historia
Para los que todavía no la vieron, “Game of Thrones” se sitúa en un mundo ficticio donde un territorio llamado Westeros está conformado por siete reinos, donde el Rey Robert los gobierna desde la Capital y sentado en el famoso “trono de hierro”. El conflicto se intensifica cuando su consejero más cercano es asesinado y sus sospechas, junto al peligro inminente de una guerra, comienzan a crecer. Lo que lo lleva a pedir a su mejor amigo y rey del Norte que lo ayude. Allí, la lucha intestina por el trono toma cada vez más protagonismo, estableciendo un enfrentamiento crudo entre las casas (o familias-linajes) más poderosas de los siete reinos.
Esa lógica de lucha, tejidos políticos, elucubraciones sobrenaturales, magia, toques de fantasía, luchas intensas y pasiones prohibidas, son parte del condimento de cada episodio que se mantiene durante los cinco libros bajo el título de “Canción de hielo y fuego”, que se traslada a las 8 temporadas de la serie.
Con respecto a la serie precuela, “Casa del Dragón”, se sitúa un poco más de 100 años antes de los hechos en “Game of Thrones”, época en la cual el linaje o familia Targaryen (que su emblema y animales son los dragones) todavía ostentaba el trono y se sucedía la corona entre ellos. Este linaje duró un poco más de 200 años y en un punto de su historia, se dio lo que se llamó “La danza de dragones”, una guerra civil que dio origen e inicio al principio de la decadencia de este linaje. De eso habla esta nueva serie. Ahora, será difícil mantener los niveles en esta nueva era.
Cómo nació la canción
George R. R. Martin es periodista y ahora un reconocido escritor mundialmente. Fue un prolífico autor de obras cortas de ficción en los años 1970 y su obra fue premiada con varios premios Hugo y Nebula. Al final de esta década comenzó a publicar sus primeras novelas siendo una de las más populares la primera de ellas: Muerte de la luz (Dying of the Light, 1977). Dicho éxito le permitió dedicarse en exclusiva a la literatura, donde mezcla los géneros de ciencia ficción, fantasía y terror. Pero conoció mucho más de derrotas que de éxitos.
El primero fue “The Armageddon Rag”, novela de 1983 que no funcionó a nivel comercial, e hizo que se enfocara en escribir guiones de televisión. En 1985 se unió al equipo de guionistas de “The Twilight Zone” y luego al de “La bella y la bestia”, serie protagonizada por Ron Perlman y Linda Hamilton.
En 1996 dejó Hollywood y se retiró a Santa Fe (Nuevo México), donde regresó al mundo de la literatura comenzando con la novela Juego de tronos (A Game of Thrones, 1996) el ciclo de novelas Canción de hielo y fuego, con la que ha obtenido gran éxito de crítica y ventas. En 2011 se casó con su antigua amante Parris McBride. En 2013 adquirió el cine Jean Cocteau de Santa Fe y el Coffee House, cerrado desde 2006, y los restauró y modernizó, transformando a este último en un café-museo con exposiciones itinerantes de arte. Ideológicamente demócrata, ha defendido siempre a los presidentes de este partido y sus políticas. Actualmente, está escribiendo el sexto libro de la saga Canción de hielo y fuego: Vientos de invierno. Esta saga de novelas es, sin duda, la que lo ha catapultado a lo más alto de su carrera como escritor.
