Sin duda alguna, el amor es uno de los grandes temas trascendentales en el mundo. Porque rompe fronteras, idiomas, culturas, épocas y generaciones, pero sobre todo, trasciende el tiempo. Si hablamos de viajes en el tiempo, de guerras intergalácticas, de revoluciones cibernéticas, la lucha del bien y del mal, como grandes temas universales en la ficción, la historia de amor está presente en todos ellos. Porque es el condimento esencial para venderte toda la película, serie o novela literaria. Bueno, si iniciamos haciendo referencia a la literatura, es el ámbito donde por excelencia ha sido “el eje narrativo” de grandes clásicos: “Romeo y Julieta”, “La Ilíada”, “Cien años de Soledad”, la segunda es un ejemplo rotundo: una guerra desatada por la disputa de dos guerreros por una mujer, Helena de Troya.
Con esta introducción, podemos entender que el amor es el gran tema universal, bueno si usamos todo lo que abarca este sentimiento. El amor de padres hacia sus hijos, el amor de la familia, entre hermanos, el amor romántico, el amor por la patria (heroísmo), y tantos otros amores. Pero el amor romántico pareciera ser el condimento justo, es la sal para el plato fuerte de toda presentación gastronómica-cinematográfica. Pero ¿Por qué el amor vende?
Una de las respuestas la hemos tenido hace unos días, tras la celebración tradicional del Día de San Valentín o popularmente conocido como el Día de los enamorados; Donde negocios de diferentes rubros hicieron la diferencia, así como sucede con fechas especiales. Desde compras de regalos de diferente tipo, los que eligieron compartir en bares, en restaurantes, haciendo un viaje especial, y todos los rubros comerciales, beneficiados. Vende porque es algo popular, porque es el germen de la conformación de la familia, porque desde el transporte con los viajes especiales hasta las salas de cine con sus promos 2 x 1, logran astronómicas ganancias tras las parejitas enamoradas que van y compran, gastan. Pues, no hay mejor cliente que aquella persona que busca regalar algo a alguien o la que busca compartir esa experiencia o ese producto con alguien. He ahí la primera explicación de porqué tanta importancia a una efeméride así, que incluso se originó con una historia trágica, valga la ironía.
El germen
Desde las clásicas e inmortales poesías de autores hasta la actualidad, el amor ha sido la fuente de inspiración de todos. Puesto que el amor es la fuente inagotable de mezcla entre realidad y fantasía, donde cada persona elige vivir esa película una y otra vez. Es como quedarse atrapado en escenas clásicas de películas como “Nothing Hill”, “Mujer Bonita”, “Diario de una pasión”, entre miles de otras. Narrativamente hablando, la temática del amor tiene millones de combinaciones y elementos que pueden atrapar al lector, desde la intriga y el suspenso para poder vivir un amor que quizás no es correspondido, un amor prohibido o un amor que es bastardeado por externos; el reencuentro, la experiencia misma del amor y más, mucho más. Pero curiosamente, el final de cada historia de amor llega cuando los protagonistas por fin están dispuestos a vivir su amor sin obstáculos ni interrupciones ¿Qué curioso no? Justo en el momento donde inicia la vivencia del amor pleno, la vida juntos y demás, es cuando la historia, la novela literaria, la serie, la telenovela o la película, finaliza.
Eso nos deja otro gran interrogante ¿Vende más la lucha por vivir el amor que la vivencia de ese amor en plenitud? Bueno, ya se me ocurre la primera respuesta clara y concisa al respecto: somos hijos del rigor. Es decir, nos atrae mucho más ser testigos en primera fila del calvario, la odisea y toda la lucha que atraviesan nuestros personajes para vivir su amor, que el mismo hecho de verlos vivir ese amor.
El cine romántico, según las fuentes bibliográficas en sitios web y en los mismos libros físicos, es un género cinematográfico que se caracteriza por retratar argumentos construidos de eventos y personajes relacionados con la expresión del amor y las relaciones romántica. El cine romántico se centra en la representación de una historia amorosa de dos o más participantes, la cual atraviesa las principales etapas de la concepción del amor como el cortejo y el matrimonio. Y con estos dos últimos elementos me quiero detener. Vende más, entonces, el cortejo que el mismo hecho del casamiento. Bueno, hay excepciones, donde historias inician con un casamiento o en el medio de la película, telenovela hay un casamiento, pero como grandes padres de la narrativa y la ficción, cuando hay un casamiento es porque va a haber una tragedia.
Desde la TV a las salas
La literatura es una de las bellas artes más antiguas y se caracteriza por la expresión verbal. Surgió en la región de Sumeria, al sur de Mesopotamia, alrededor del 3200 a.C. La primera escritora conocida fue Enheduanna, una sacerdotisa de Ur que vivió entre el 2.285 y el 2.250 a.C. La escritura se originó de manera independiente en China, Mesoamérica y otros lugares. Las primeras temáticas fueron la política, las ciencias y el arte, seguidamente, llegó el amor. Pero, si hilamos fino, el amor estuvo desde el inicio, por el amor hacia las ciencias sociales, las jurídicas y las artes. Puesto que el arte es la expresión de amor y de expresar un mensaje.
Las películas, series y telenovelas nos han regalado icónicas historias que en cualquier charla de café, sobremesa de familia y otras, están presentes para hablar siempre, o en algún momento, del amor. Cuantas series o telenovelas en la televisión de los años sesenta o setenta marcaron a fuego muchas generaciones, son personajes que hoy en día siguen en la memoria colectiva. El furor de las telenovelas llegó ya en los 80 y 90, para modificarse al inicio del nuevo milenio y decaer después de la década del 2010. Puesto que los sitios de internet y luego las plataformas comenzaron a copar la parada. Incluso en los rankings de Netflix, Prime, Disney, Max o incluso Mubi, hay alguna o varias historias de amor ocupando un lugar.
Es que, ese amor que se vive, nos inspira y nos invita a creer en ello, y a creernos que realmente ese “amor” es al que deberíamos aspirar. Una peligrosa herencia que nos dejó esta industria cultural: vivir el amor romántico, que termina siendo, irreal. Bueno, es ficticio. Se ha pensado en los últimos años que hay muchas parejas que, si le quitamos su magia hollywoodense, no merecen nuestros sueños ni aspiraciones. Pero, en estos nuevos tiempos, donde se dan cambios de paradigmas, los “losers” o llamados “perdedores” son un grupo que logra tener su importante audiencia. Hoy si vende la historia de amor de personas que quizás no son los comunes, los estereotipos esperados. Sin dudas, mientras haya amor, la historia vende como sea, o a cualquier precio.
Pero, ya llegando al final de esta exposición, las historias de amor en la industria cultural nos han dejado algunas lecciones que deberían ser tomadas con pinzas, como se dice popularmente: cambiar para estar con esa persona (Suspiramos y decimos “Su amor es tan fuerte, que cambió por ella”, entonces ¿qué pasó con “quien verdaderamente te ama, lo va hacer tal y como eres y te aceptará así”?; el dinero lo puede todo; resistir y pelear por amor; aferrarse a la idea de que terminarán juntos; entre otras ideas secundarias.
Para dejar de lado ese concepto, les dejo algunas películas recomendadas, que deberían ver haciendo honor a esta temática, como: “Diario de una pasión”, “Yo antes de ti”, “Posdata: te amo”, “Los puentes de Madison”, “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, “Como agua para chocolate”, “La forma del agua”, “África mía”, “Antes del amanecer”, “La idea de ti”, “El mismo amor, la misma lluvia”, “Luna de Avellaneda”, “El cuaderno de Tomy”, “Goyo”, “Luz de luna” y “Átame”.