En las últimas semanas, la tranquilidad de los vecinos de la zona norte de la ciudad Capital ha sido interrumpida por una nueva moda que parece estar causando más problemas que alegrías. Los llamados "audio cars" —vehículos equipados con potentes sistemas de sonido— se han convertido en un fenómeno popular, congregándose en espacios públicos como la costanera y el playón del estadio Madre de Ciudades para disfrutar de música a altos decibeles. Sin embargo, lo que para algunos es una forma de entretenimiento, para otros se ha convertido en una fuente constante de insomnio y malestar.
El problema se intensifica durante los fines de semana, feriados e incluso, en días laborables, cuando estos vehículos permanecen hasta altas horas de la madrugada, inundando los barrios cercanos con música estridente. Los residentes de barrios como Sargento Cabral, Los Lagos, Borges y Aeropuerto han expresado su frustración a través de denuncias y quejas por el ruido incesante que perturba su descanso.
En respuesta a estas preocupaciones, el área de Calidad de Vida habría comenzado a realizar operativos, recordando que es ilegal mantener la música a altos volúmenes en espacios públicos. Esta medida ha provocado la reacción de los aficionados a los "audio cars", quienes se sienten perseguidos y afirman que solo están buscando disfrutar de una actividad en común.
Uno de los defensores de esta práctica, Víctor García, expresó su descontento en una publicación de Facebook que se ha vuelto viral: "ESTO ES LO QUE MUCHOS TRATAMOS DE DISFRUTAR EN LA COSTANERA O EN EL PLAYON DEL ESTABLECIMIENTO DE EL ESTADIO. DONDE ES UN ESPACIO PÚBLICO QUE MUCHAS PERSONAS VAN A DISFRUTAR DE UN LINDO MOMENTO DE MÚSICA CON MUCHOS AUDIO CARS. LAMENTABLEMENTE NO NOS PERMITEN Y NOS QUIEREN MULTAR HASTA SECUESTRAR LOS VEHÍCULOS! YO ME PREGUNTO ¿EL AUDIO CAR, ES UN DELITO?? ¿A QUIÉN HACE DAÑO??".
Cabe destacar que la normativa a nivel nacional reza: "No se permitirán exposiciones sin protección auditiva por encima de un nivel pico C ponderado de presión acústica de 140 dB".
Este testimonio resalta la percepción de que las autoridades están siendo restrictivas, como corresponde, y plantea una pregunta válida: ¿hasta qué punto una actividad recreativa puede ser considerada un problema público?
La situación actual pone de manifiesto un conflicto de intereses que requiere una solución equilibrada. Es comprensible que los aficionados a los "audio cars" deseen un espacio para disfrutar de su pasión, pero también es crucial respetar el derecho al descanso y la tranquilidad de los demás ciudadanos. La convivencia en una sociedad plural requiere un equilibrio entre el disfrute personal y el respeto a la comunidad.
Una posible solución podría ser la designación de áreas específicas y reguladas para este tipo de actividades, donde los entusiastas de los "audio cars" puedan disfrutar sin perturbar a los residentes, con las normas preestablecidas por los reglamentos legales, como son impuestos a los comercios y locales bailables, y de no ser así, que sean multados.
En última instancia, este conflicto refleja la necesidad de una mayor conciencia y consideración mutua en la vida comunitaria.
