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Opinión Por redacción del Nuevo Diario

El Gobierno de la Nación juega a Gran Hermano con la situación de Misiones

Adorni dejó en claro que la administración de Javier Milei está, por supuesto, muy atenta a lo que pasa, pero desde la comodidad de su sillón en la Casa Rosada, como quien jugar a Gran Hermano.

En un ejercicio magistral de observación sin intervención, el Gobierno Nacional ha decidido que el conflicto salarial en Misiones es un asunto puramente local. Según el portavoz presidencial, Manuel Adorni, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, el Estado Nacional no tiene vela en este entierro. Todo un logro en la política de “mirar y no tocar”.

 

El Estado observador

Adorni, con una serenidad digna de un maestro zen, explicó que el problema entre policías y docentes de Misiones y su gobierno provincial es algo que debe resolverse sin la intervención del Gobierno Nacional. “Los docentes dependen del Gobierno provincial”, afirmó, dejando en claro que la administración de Javier Milei está, por supuesto, muy atenta a lo que pasa, pero desde la comodidad de su sillón en la Casa Rosada, como quien jugar a Gran Hermano.

Francos, por su parte, añadió que ha estado en contacto constante con el gobernador de Misiones, aunque solo para ponerse a disposición, como si el mero acto de conversar fuera la solución mágica para las protestas. “Es un tema al que claramente tiene que buscarle una solución la provincia”, declaró con la certeza de quien lanza una papa caliente bien lejos.

 

Un problema de las provincias

La postura del Gobierno es consistente: no meterse en problemas ajenos. Esta filosofía se aplica incluso cuando los conflictos provinciales se agravan. La administración de Hugo Passalacqua, que inicialmente minimizó la protesta policial y luego se vio obligada a intervenir con fuerzas federales, ahora enfrenta una doble crisis con la inclusión de los docentes.

Mientras tanto, los docentes, frustrados y enojados, rompieron el vallado de la Legislatura para intentar ser escuchados, solo para encontrarse con la respuesta violenta de la policía. ¿Y el Gobierno Nacional? Siguen monitoreando, siempre atentos, pero sin intervenir. Es casi poético en su ironía: el Estado Nacional, omnipresente en tantas otras facetas, se vuelve invisible cuando el conflicto no le resulta conveniente.

El problema principal para las provincias, por lo menos desde mi opinión, es la falta de comprensión en la división de la rentabilidad, es la coparticipación.

En resumen, el Gobierno Nacional ha adoptado una estrategia de observación pasiva en la crisis de Misiones. Observan desde la distancia, ofrecen palabras de aliento y esperan que los problemas se resuelvan por sí solos. Es un enfoque que deja a los ciudadanos de Misiones preguntándose si el Estado realmente los ve o si simplemente están esperando a que la tormenta pase. En cualquier caso, la lección es clara: en tiempos de crisis, la mejor política parece ser no tener una política en absoluto.

DS

Misiones Milei DS
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