La desaparición de Loan Peña, un niño de 5 años, ha capturado la atención de toda Argentina desde el 13 de junio. En medio de la desesperación y la incertidumbre, surge una voz insólita: una tarotista de la red social X, conocida como @dusza333 (Peonía), asegura que sus cartas revelan la ubicación de Loan y que está vivo. La controversia está servida, y se plantea una pregunta fundamental: ¿se trata de brujería, certeza o una simple búsqueda de fama?
Promesa
El pasado 18 de junio, @dusza333 compartió en X los resultados de su lectura de tarot, declarando que Loan está vivo pero en mal estado de salud, deshidratado y bajo la custodia de una mujer mayor. Según sus predicciones, el niño sería encontrado en Garabí o Guaviraví, localidades de la provincia de Corrientes, en un plazo de cuatro horas o cuatro días. Por su parte, afirmó que Loan aparecería hoy, 24 de junio, a las 22:18 horas, en brazos de un policía.
"22:18 hs
LOAN ESTA VIVO.
Un policía lo alza y lo abraza por el cuello al mismo. Lo vamos a ver todo por televisión. Yo sé que estamos cerca yo sé que está vivo", reza el posteo.
Este tipo de declaraciones, por su naturaleza, suscitan una mezcla de esperanzas y escepticismo. Por un lado, las familias y comunidades afectadas por tragedias suelen aferrarse a cualquier rayo de esperanza. Por otro, las predicciones basadas en métodos esotéricos como el tarot a menudo son vistas con incredulidad y burla.
Fe y escepticismo
Las reacciones en las redes sociales no se hicieron esperar. La tarotista recibió una avalancha de críticas y burlas, lo que la llevó a defender su práctica y su fe en el tarot como un lenguaje simbólico que requiere interpretación, mencionando incluso a Carl Jung y su estudio de los símbolos. Sin embargo, este tipo de defensa filosófica no suele convencer a los críticos más acérrimos, que ven estas afirmaciones como carentes de fundamento empírico.
El escepticismo es comprensible. La desesperación y el deseo de resolver un caso de desaparición pueden llevar a las personas a escuchar a figuras que aseguran tener respuestas mediante métodos no convencionales. Sin embargo, la historia está llena de casos donde tales métodos no aportaron soluciones concretas y, en cambio, prolongaron el sufrimiento de las familias afectadas.
Más allá del debate sobre la validez del tarot, la situación de @dusza333 pone de relieve otro fenómeno: el poder de las redes sociales para amplificar voces, tanto bienintencionadas como oportunistas. En una era donde la información (y la desinformación) se propaga con rapidez, las declaraciones de una tarotista pueden llegar a miles de personas en cuestión de minutos, influenciando percepciones y decisiones.
Es crucial que los usuarios de estas plataformas desarrollen un sentido crítico frente a tales afirmaciones. La desaparición de un niño es un asunto extremadamente serio que debe ser abordado con todas las herramientas científicas y metodológicas disponibles, en lugar de depender de prácticas esotéricas que, aunque bienintencionadas, no ofrecen garantías de precisión.
La situación de Loan Peña es dolorosamente real, y cada día cuenta en la búsqueda de su paradero. Si bien la tarotista puede creer genuinamente en sus habilidades y en su mensaje, es esencial que las autoridades y la comunidad mantengan su enfoque en métodos de búsqueda probados y efectivos. Al mismo tiempo, no se puede negar que cualquier pista, incluso las menos convencionales, puede ser una fuente de esperanza.
En este balance entre fe y ciencia, entre esperanza y escepticismo, reside la complejidad de nuestra naturaleza humana. La historia de Loan Peña, como tantas otras, nos recuerda la importancia de la responsabilidad al compartir información y la necesidad de empatía hacia quienes sufren, siempre manteniendo el foco en soluciones que realmente puedan llevar a un desenlace feliz.
