“La encontré a ella sentada en las rodillas de él y besándose, en esos momentos se me nubló la vista, agarré la escopeta y les disparé”, confesó Ismael Yolando Ledesma al declarar ayer ante el Tribunal que lo juzga por el homicidio de Ramón Orlando Rodríguez, hecho ocurrido en la localidad de Taco Bajada, departamento Pellegrini, el 14 de diciembre de 2015.
Sin embargo, al atestiguar en la audiencia Inés Salvatierra —la mujer en cuestión— indicó que si bien fue amante de Ledesma, se había separado de él dos meses antes, “porque me molía a golpes”, y refutó los dichos del acusado negando que haya estado besándose con Rodríguez, indicando que este era “un hombre que me vendía cerdos”, con quien estaba tomando mate —mesa de por medio— cuando escuchó el disparo que lo impactó y mató prácticamente en el acto.
Los dichos del acusado
Al declarar en el juicio, el acusado contó que el día del hecho iba a comprar alfalfa para llevarle a sus animales en el monte —donde además quemaba carbón— y que se encontró con su primo Ariel Ledesma, a quien le pidió que fuera hasta la casa de Inés Salvatierra a comprarle grasa. Sostuvo que al volver, su primo le contó que la mujer “estaba con un gordito. Guarda, no vayas a hacer macanas”, le advirtió el pariente.
El acusado dijo que fue a la casa de Salvatierra, “donde a veces iba a dormir, y la vi a ella sentada en las rodillas de él besándose, momento en que se me nubló la vista y cometí el hecho”, remarcó.
“Me enterraré bajo tierra”
Inés Salvatierra acusó a Ledesma de golpearla en forma reiterada, “y no lo denuncié porque le tenía miedo. A la esposa también la malmataba a golpes y luego venía a apaciguarse conmigo. Él es un golpeador. Espero que le den el castigo que le corresponda, y si llega a salir tendré que enterrarme bajo tierra porque es capaz de matarme”, concluyó diciendo.