“Vete, vete, porque vos me violaste”, le dijo una menor de 13 años a su padrastro. Le abrió la puerta y le ordenó que se fuera de la casa. El agresor sustrajo el automóvil de la madre de la víctima y documentación de esta, para luego huir. Al día siguiente, se presentó en la comisaría y quedó detenido.
Eran las once de la noche del 16 de octubre. Una comerciante de la ciudad de Los Juríes, departamento General Taboada, estaba en su casa junto a una amiga y sus hijos de 10 y 13 años. En ese momento, se desató una discusión entre la dueña de la propiedad y su pareja. Se trata de un mecánico. El sujeto estaba molesto y le ordenó a la mujer que le pidiera a su amiga que “ni ella ni su esposo fueran a visitar su casa”. Al escuchar este pedido, la comerciante le preguntó los motivos, pero el mecánico solo le habría dicho: “No quiero que vengan más”. Esa situación derivó en una discusión. En ese momento el sujeto le habría dicho a su concubina, delante de sus hijos, que “buscara al padre de la adolescente y que este se hiciera cargo de ella, porque él solo iba a responder por su hijo”. La mujer intentó tranquilizarlo. El agresor, luego, ingresó a la habitación.
La adolescente entró en shock y comenzó a llorar. La comerciante trató de tranquilizarla y consolarla, pero no pudo. De inmediato, el mecánico salió de la habitación y comenzó a golpear los muebles. La dueña de casa, que aún estaba con sus hijos y su amiga, no entendía qué le pasaba ni el motivo por el que estaba reaccionando de esa manera. Intentó calmarlo, pero este sacó un cuchillo tipo sierrita y comenzó a golpearse en la cabeza, para luego dirigirse a la cocina, desde donde extrajo un cuchillo tipo carnicero. “Me voy a matar. Me voy a hincar”, manifestaba el mecánico.
Su hijo reaccionó de inmediato, por lo que forcejeó con su padre y logró quitarle el arma blanca.
En ese momento, el sujeto advirtió: “Me voy, me voy”.
La menor, quien estaba presenciando la situación, sintió algo de alivio al dolor que estaba soportando en silencio. Se dirigió hacia la puerta y la abrió. Luego, le ordenó que se retirara del lugar pronunciando: “Vete, vete, porque vos me violaste”. El abusador no imaginó que iba a ser desenmascarado por la víctima de esta manera. En estado de shock, la comerciante se descompensó. De inmediato, el agresor se dio a la fuga en el automóvil de la mujer, luego de robarle la documentación.
Denuncia penal
La madre de la víctima radicó la denuncia penal correspondiente en sede de la Comisaría Comunitaria Nº 48 por el delito de abuso sexual en contra del mecánico. El sujeto se presentó al día siguiente, junto a su hermano, y quedó detenido. El caso comenzó a ser instruido por la Fiscalía de Añatuya.
La menor comenzó a ser abusada sexualmente por el agresor desde los siete años. Las vejaciones se producían en la propiedad, cuando el atacante quedaba al cuidado de su hijastra, a quien la amenazaba constantemente.
“Jamás pensé ni imaginé que podía hacerle algo así. Él (por el mecánico) decía que mi hija era su hija. La trataba como tal. A todo el mundo le decía que era su hija y ella le decía papá. Era su padre. Todo esto es algo tan horroroso y doloroso, porque le arruinó la vida a mi hija para siempre”, sentenció la comerciante a Nuevo Diario.
Al tiempo que agregó: “Apenas supe lo que estaba pasando, hice lo que cualquier madre debe hacer ante esta situación. Hice la denuncia y ahora pido que la Justicia actúe. No lo voy a juzgar yo. Tampoco lo voy a condenar, que lo haga la Justicia. Espero que le den la pena máxima porque le arruinó la vida a mi hija. No pido más que eso”.
“Después de todo lo que pasó, mi hija se encerró. No quería salir a ningún lado. De a poquito está empezando a hacer las cosas, como ir a la escuela normalmente. Ahora tengo que ser fuerte por mis hijos. Siempre acompañaba y apoyaba las marchas que se hacían aquí por casos de abusos, jamás pensé que estaba pasando en mi casa. Solo pido que se haga justicia”, puntualizó la mujer.
La obligaba a ver videos pornográficos y la vejaba
El agresor inició los abusos sexuales contra su hijastra cuando esta tenía apenas 7 años y se extendieron hasta la actualidad. El mecánico habría deslizado entre sus allegados que “mantenía una relación amorosa con la víctima, de manera consentida”.
Pero se conoció que las vejaciones iniciaban cuando el depravado obligaba a la menor a mirar videos pornográficos que tenía en su celular, para luego obligarla a realizar las mismas prácticas sexuales.
La menor fue sometida a una Cámara Gesell y a diversos exámenes médico-forenses, donde se logró establecer los abusos sexuales que sufrió durante los últimos seis años por parte de su padrastro.