El corazón de Abel Saavedra estalló en mil pedazos apenas recibió un llamado de la Policía. Sintió que algo malo había pasado. Su vida quedó destruida, apenas escuchó esa noticia. Su hijo y un amigo de este murieron en un accidente.
La pérdida de un hijo, en cualquier circunstancia de la vida, es irreparable. La culpa y el desconsuelo invaden la vida de los padres y hermanos, quienes padecen a diario la abrupta despedida. El dolor cesa cuando la resignación llega.
Daniel Alejandro Saavedra el lunes cumplió sus 20 años. Había realizado un posteo en su muro de Facebook a la hora cero. “20 pirulos para este loco soñador”, había escrito el joven residente en el barrio Aeropuerto de la Capital.
“Ale”, como le decían cariñosamente sus seres queridos, era fanático de las motos. Le habían regalado una Rouser 200cc., a la que llamaba “El Cohete”. Tenía muchos amigos en dónde fuera que estuviera, por su humildad, sencillez y un corazón inmenso que lo caracterizaba.
La madrugada de su cumpleaños, lo que debería ser una fiesta, terminó convirtiéndose en la peor tragedia para la familia Saavedra y Coronel. “Ale” circulaba en su “Cohete” junto a un amigo, Mauricio Coronel –de 19 años, residente en el barrio Aeropuerto-. Eran inseparables. Confidentes. Siempre se mostraban juntos y felices.
Eran las 3.30 de ese día, cuando los amigos se movilizaban por avenida Madre de Ciudades y a unos 200 metros de llegar al predio del exautocine, por causas que la Policía trata de determinar, se “estrellaron” contra un poste de alumbrado público. La muerte de “Ale” y Mauricio se produjo de manera instantánea. Sus cuerpos estaban tendidos sobre un charco de sangre. La motocicleta estaba destruida.
Las sirenas de los patrulleros y las ambulancias vaticinaban a los vecinos que “algo trágico había pasado”. El barrio, donde los jóvenes tenían decenas de amigos, terminó vistiéndose de luto. La noticia de la muerte de Saavedra y Coronel “golpeó” fuertemente a sus familiares y amigos, quienes tratan de encontrar una respuesta a lo que pasó. Pero nada “les devolvería a sus amigos”.
Sumido en un dolor sin consuelo y responsabilizándose de la tragedia que le costó la vida a su hijo y a un amigo de este, Abel Saavedra le brindó su último adiós a “Ale”. Lo despidió en el cementerio y luego realizó un posteo en las redes sociales.
“Mi vida te dije ‘andá con cuidado’. Ahora, me destrozaste la vida”, expresó en el dolido padre, en la última publicación que realizó su hijo en su perfil de Facebook con motivo de celebrar su cumpleaños.
Al tiempo, agregó: “Hijo mío pronto vamos a estar juntos. Yo por darte con todos los gustos y ahora estás un cajón; la p… madre que lo p...”.
Los restos de los jóvenes motociclistas que fallecieron en el trágico accidente fueron sepultados en la necrópolis local, luego de realizar un oficio religioso el que estuvo acompañado por sus familiares y sus amigos.
“Me parte el alma ver esta noticia hermano mío”
La despedida en las redes sociales de los jóvenes que fallecieron en el trágico accidente, producido en la avenida Madre de Ciudades, se multiplicaron en las últimas horas en las redes sociales.
En este marco, Milagros Ovejero, amiga de Alejandro Saavedra, escribió: “Alexander por qué vos mi vida. Sabes siempre te voy a querer como nunca lo hice a nadie. Me hiciste mie… una vez. Me recuperé, pero ahora cómo me recupero de esta. Me destrozaste el alma. Por qué nos hiciste esto, prefería verte de lejos o saber que estabas bien. Ahora, estás en ese maldito cajón, mi amor”.
Por su parte, Yoel Contreras expresó: “En mi memoria siempre estarán los buenos momentos que compartimos. Eras más que un amigo, eras parte de mi familia. Por tantas cosas buenas y malas, tus recuerdos vivirán en mí. Te voy a extrañar hermano.
“Chuty –por Mauricio- como te decíamos todos tus amigos de la cuadra. Me parte el alma ver esta noticia hermano mío”, remarcó en su muro de la red social, Álvaro Urquiza.
Los mensajes de despedida de las víctimas se multiplicaron en las redes sociales.
