Con los niños no. El fin de semana pasado se disputó el torneo de fútbol infantil nacional, que fue organizado por la escuelita La Gloriosa. El mismo tuvo un bochornoso final, con batalla campal entre padres de la escuela organizadora y su similar de Atlético Santiago (categoría 2012). Nadie podía entender la actitud de los mayores, que son en definitiva quienes deben dar el ejemplo. Lo que tendría que haber sido una fiesta deportiva, finalizó de la manera más vergonzosa: una verdadera batalla campal entre padres, incluidas algunas mujeres, y muchos niños asustados e incluso algunos que recibieron golpes. El complejo deportivo fue un campo de batalla.
En otra cancha pasó algo similar cuando un padre de la escuela organizadora ingresó al campo de juego y agredió a un jugador. Esta situación fue denunciada en la Comisaría de la Mujer y la Familia, con intervención de la fiscal de turno.
Desde el vamos confirmaron que hubo una falta total de organización, ya que el primer día de competencia la organización no habría cumplido con lo pactado en cuanto al arancel de los árbitros, por lo que unos 20 jueces abandonaron el torneo.
Como si esto fuera poco, dañaron autos y motos. Además, no había seguridad, ya que solo se contó con un efectivo policial. Lo cierto es que sufrieron los niños, cuando tendría que haber sido una fiesta. Vergüenza total. Los chicos merecen ser felices.