David Coria es el detenido por el brutal y despiadado crimen del enfermero bandeño. Durante el ataque, sus familiares lo alentaban para que continuara acuchillando a la víctima; que posteriormente falleció en la Capital tras 18 días de agonía.
El ataque violento contra Jesús María Charra, de 45 años, se produjo el 12 de enero, cerca de las siete de la tarde. Coria había comenzado a ocasionar disturbios por una medianera que improvisó con escombros en su propiedad, ubicada en la calle San Juan, entre Lamadrid y Guido Spano en el barrio Bajo de Vértiz.
Los problemas entre Coria y la familia Charra, venían siendo acarreados por cuestiones de convivencia. El agresor, según el relevamiento vecinal, ocasionaba problemas hasta por las hojas de los árboles que eran arrastradas por el viento y quedaban en su vereda.
Ese fatídico día, el enfermero y Coria comenzaron a tener un fuerte cruce de palabras, mientras que el agresor extrajo dos armas blancas, con la que amedrentó al profesional de la salud. Charra comenzó a retroceder, se enredó y cayó de rodillas. La situación fue advertida y aprovechada por Coria, que tomó el cuchillo y le asestó una puñalada por la espalda. Charra comenzó a sangrar, ante la mirada de Coria, que intentó lesionarlo nuevamente, mientras los familiares del atacante lo arengaban para que lo hiciera.
“Dale, matalo… Matalo. Clavale de nuevo, matalo a este basura”, le decían. La víctima tuvo que ser auxiliada por sus familiares para ser trasladado a un centro de salud para que recibiera la asistencia correspondiente.
Charra, en primera instancia, fue internado de urgencia en el CIS La Banda, donde le realizaron las primeras curaciones y fue derivado al hospital Regional Dr. Ramón Carrillo donde fue intervenido quirúrgicamente cuatro veces. Finalmente falleció a las 4.30 del 28 de enero.
Los familiares de Coria, no solo lo alentaron a que cometiera el crimen, sino que además lo habrían ayudado a escapar. Finalmente, Coria que está imputado del delito de homicidio simple, fue apresado cuando se encontraba en la terminal de ómnibus sacando un pasaje para viajar a Buenos Aires.
Charra y Coria eran vecinos y hermanos de crianza
No solo se conocían del barrio, por vivir en casas lindantes. Charra y Coria compartían mucha historia de vida juntos. Coria, para la familia Charra, era "el hijo menor" que habían esperado tener.
Según trascendió, la amistad entre la víctima y el homicida inició cuando eran pequeños. Coria, que tiene 33 años, solía ir a jugar a la casa del enfermero. Compartían juegos, comidas y hasta recibía regalos de los padres y demás hermanos de la víctima.
El crimen de Charra conmocionó a los vecinos, pero “golpeó” fuertemente a su familia por el afecto que sentían hacia el homicida.
