Un desgarrador testimonio brindó ayer Andrea Hoyos, madre de la estudiante universitaria Nahiara Ayelén Gorosito, que fue asesinada por Diego Garzón (a) “Guachín”, que la acuchilló para robarle el celular.
Quebrada por el llanto Andrea relató el día del hecho su hija se despidió con un “chau mamá, luego te veo para tomar mates”, y salió para la parada del colectivo, y que se enteró de lo ocurrido cuando un policía de civil le dio la mala noticia.
“Quería ser famosa”
La madre de Nahiara reveló que la joven “quería ser famosa, pero no de esta manera”, a indicó que “había comenzado a estudiar la carrera para contador público nacional, pero luego cambió porque quería ser asistente social, con orientación en lo penal porque quería ayudar a los presos que están en esa situación injustamente. Yo le decía que estudie para la familia y ella decía que no, que a veces la familia no se lo merece”.
“Ella quería trabajar para los presos y yo ahora tengo que estar aquí luchando por ella. Le rogué tanto que cambie de carrera, pero ella no aceptaba”.
“Era una chiquita muy centrada con la vida, era de decir: ´dale ma, no bajes los brazos ma... vamos ma vamos a salir adelante”, contó Andrea entre lágrimas de dolor.
“Mi hija siempre pensaba en ayudar a los demás, no pensaba en ella. Siempre fue solidaria y se sacrificaba mucho”, aseveró.
Finalmente Andrea dijo que confíaba en la Justicia y que requería aplicar la pena máxima al asesino de su hija Nahiara.
Para hoy está previsto que atestigüen peritos policiales de la División Criminalística y psicólogos, entre otras personas.
La testigo presencial relató como fue el ataque del homicida y dijo que no se metió por miedo
En la audiencia de ayer también testimonió Jésica Alejandra Luna, testigo presencial del hecho, la cual sostuvo que no vio la cara del inculpado, pero sí dijo que cuando ella se dirigía a la arada de colectivos este le preguntó si ahí era el barrio 300 Viviendas, señalándole hacia dicho complejo habitacional, a lo cual ella le dijo que sí.
Luego ella cruzó las vías y se dirigió a la parada, mientras el sujeto la seguía. Ella se colocó debajo de la sombra de un árbol y luego se puso a la par de Nahiara, quien tenía el teléfono en su mano.
El acusado llegó y preguntó “¿esta es la parada?”, y ambas mujeres le dijeron que sí. Seguidamente el sujeto sacó un cuchillo y amenazó a la joven queriéndole quitar el teléfono, por lo que forcejearon. “En esos momentos ella le pega una piña y siguen forcejeando, hasta que la hiere y huye corriendo, siendo seguido por el empleado de un comercio. No me metí por miedo”, dijo.
