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Policiales

Dolor y conmoción por la repentina muerte del sociólogo Gabriel López Pepa

“Chau, amigo. Ojalá encuentres otros poemas y otros caminos. Que Dios te tenga a su lado y le dé fuerza a los tuyos”.

Una profunda tristeza envuelve al barrio Villa del Carmen y a distintos espacios sociales y políticos de Santiago del Estero tras conocerse el fallecimiento del sociólogo Gabriel Alejandro López Pepa, de 35 años, cuyo cuerpo fue hallado anoche en su domicilio de las 638 Viviendas, manzana 94, lote 22.

Fue un primo quien, al no obtener respuesta a llamados ni mensajes, se acercó a visitarlo personalmente. Al no lograr contacto, rodeó la vivienda y, al mirar por una rendija de la ventana trasera, lo vio tendido sobre la cama. Alarmado, pidió ayuda de inmediato. Poco después, se confirmó el deceso del joven profesional.

La noticia generó un fuerte impacto en redes sociales, donde decenas de amigos, colegas, militantes y familiares expresaron su dolor y consternación. “Gabriel Alejandro López Pepa, querido, me duele el alma. Q.E.P.D. ¿Por qué esa decisión? ¡Tantas veces hablamos de eso!”, escribió Lucas Matteo, dando cuenta de la cercanía con el fallecido y de una preocupación que parece haber estado presente.

Otros mensajes también reflejaron la tristeza por su partida:

“Hasta siempre, compañero Gabriel Alejandro López Pepa. Mi más sentido pésame a toda la familia en este difícil momento”, publicó un allegado.

“Qué época horrible vivimos. Hasta siempre, compañero”, señaló otro mensaje, que se replicó con similares palabras en numerosos perfiles.

Desde el espacio político del que formaba parte, también lo despidieron con pesar:

“Amigo querido, qué dolor dejas a militantes, amigos y familia. Desde nuestro espacio sentimos tu partida. Que Dios consuele y fortalezca a los tuyos”, expresaron en un comunicado.

Gabriel era conocido no solo por su formación académica y profesional en el campo de la sociología, sino también por su compromiso social y participación activa en distintos espacios comunitarios. Su repentina muerte deja una huella de tristeza entre quienes compartieron con él ideales, debates y afecto.

Uno de los mensajes más conmovedores resumió el sentir general:

“Chau, amigo. Ojalá encuentres otros poemas y otros caminos. Que Dios te tenga a su lado y le dé fuerza a los tuyos”.

La comunidad que lo conoció lo despide con dolor, y sus seres queridos esperan que su memoria y legado permanezcan vivos a través del recuerdo de quienes lo acompañaron en vida.

 

 

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