Una adolescente de 14 años se encontraba de visita en la casa de su abuela de la ciudad de Pinto, departamento Aguirre. En esa circunstancia, la dueña de casa encontró a su nieta con una crisis de llanto y nervios, aunque desconocía los motivos. La mujer contuvo emocionalmente a la menor, quien amenazó con matarse. Le preguntó cuál era el motivo de su tormento y su nieta le respondió que “nadie le cree” que es abusada sexualmente por su padrastro.
La víctima reveló que, por las noches, mientras todos duermen, la pareja de su madre ingresa en su habitación y la manosea en sus partes íntimas. Cuando la adolescente se despierta, le tapa la boca y prosigue con el abuso sexual.
La menor afirmó ante su abuela que le contó a su madre todo lo que estaba sufriendo en forma reiterada y que temía que fuera accedida carnalmente en algún momento por el depravado. Incluso, le pidió que lo echara de la casa porque ya no podía vivir así. Sin embargo, la progenitora no le creyó, le dijo que dejara de mentir esas cosas y se negó a echar a su concubino.
La víctima le manifestó a su abuela materna que ya no quería vivir más de esa manera y que se iba a suicidar. Asimismo, se negó a regresar a su casa mientras su padrastro siga en ese domicilio.
La abuela se trasladó hasta la casa de su hija para hablar con su descendiente y su pareja. Su hija no estaba y su yerno no quiso entablar una conversación sobre la grave acusación.
La mujer se presentó en la Comisaría de la Mujer y la Familia Nº 15 y realizó la denuncia. El hecho fue informado al fiscal Ezequiel Bustamante, quien ordenó que se concretaran diversas medidas procesales para profundizar la investigación.
