Parado delante de sus compañeros y empuñando un arma de fuego, Luis Abel Guzmán no titubeó y los amenazó. Pero su “odio” lo descargó contra Gabriel Medina, a quien ejecutó de un tiro en la cabeza. Ahora se conoció el diálogo que tuvo el homicida con las víctimas, antes de la tragedia.
Eran las 20.30 del 20 de marzo del corriente año. No había clientes en la peluquería ubicada en calle Beruti al 300 de la Recoleta, provincia de Buenos Aires. “Abelo” —como se hacía llamar el hijo de santiagueños— estaba junto a Facundo Verdini, Germán Gabriel Medina y otros dos compañeros. Estaban en el salón charlando, esperando que se hiciera el horario de salida.
Según se desprende de la investigación, en ese momento Guzmán se acercó a Verdini, quien en febrero del corriente año le había bajado la categoría de colorista a peluquero, luego de que Medina lo delatara por usar formol en sus clientes, y le preguntó: “¿Vos tenés algo para decirme?”. A lo que Verdini le respondió: “No, mañana vamos a hablar”.
En ese momento, Guzmán se paró y extrajo de entre sus pertenencias un arma de fuego que había conseguido días antes a través de un familiar. Le apuntó a los tres compañeros y al dueño de la peluquería, para lanzar una letal amenaza: “Quédense quietos porque les vuelo la cabeza a los cuatro”.
Luego, le disparó a quemarropa a Medina, a quien acusaba de ser la persona que “lo había delatado con el dueño”.
Lo asesinó y escapó. Estuvo prófugo durante dos meses, hasta que fue detenido cerca del nuevo trabajo de Verdini.
Ante el procesamiento, el juez indicó: “Ningún conflicto de relación amerita el despliegue de un atentado contra la vida de un ser humano. Considero que el móvil del homicidio de Germán Gabriel Medina se trataría de una cuestión de celos, odio y resentimiento profesional”.
Secuestro
En los últimos días, en una audiencia realizada en Buenos Aires, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 18 procesó con prisión preventiva al peluquero de 43 años por el delito de homicidio agravado por alevosía, en concurso real, en perjuicio de Gabriel Medina.
Además, fue procesado por el delito de privación ilegítima de la libertad en contra de dos compañeros de trabajo y del dueño de la peluquería donde trabajaba.
Por otro lado, la Justicia lo embargó por 40 millones de pesos.
“Nos encontramos y lo resolvemos como corresponde”, le dijo a Verdini
Luego de que Facundo Verdini tomara conocimiento de que Abel Guzmán usaba formol en los alisados de sus clientes, fue desplazado de su cargo.
El 24 de febrero, a través del grupo de WhatsApp de trabajo, Verdini dijo: “El uso de formol está prohibido” y aclaró que el que no estuviese de acuerdo se podía abrir su propio salón.
Guzmán contestó que “no tenía problema”. “Nos encontramos y lo resolvemos como corresponde”. Medina, por su parte, dijo: “Hasta donde yo entiendo se hace lo que el jefe dice y sino patada en el tuje. ¿Dónde se vio que se le hable así al que te paga el sueldo? Si no le gusta a alguien que agarre la puerta y listo. Muerto el perro, se acabó la rabia”.
Luego Verdini, a través de un video respondió: “Esto va más que nada para vos Abel, que tengo muchas quejas con los chicos y ya me está superando este tema: prohibido usar formol! Lo dejo grabado como evidencia, no quiero más formol en la peluquería. Listo. Formol, ni a la mañana, ni a la tarde, ni a la noche, ni cuando está cerrada la peluquería”.
Guzmán redobló la apuesta y le manifestó: “¿Querés hablarlo personalmente mejor? Nunca sos claro... Y ahora que tenés este equipo te molesta el formol”, cuestionó el hombre que permaneció prófugo durante dos meses, a la vez que insistió: “¿Por qué esperaste tanto tiempo para poner en claro tantas cosas? No tengo problema, mañana nos encontramos y lo resolvemos, pero como corresponde, si todo es un problema para vos ya sabes qué tenés que hacer”.
