El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, continúa tejiendo un robusto entramado de cara a los comicios para fortalecer su candidatura presidencial y uno de sus objetivos es desplazar a Kicillof de la gobernación de la Provincia de Buenos Aires para poner a uno de sus hombres, por lo que negocia con peronistas no K para su cometido. El acuerdo implica la postulación de Florencio Randazzo como candidato a Gobernador de Buenos Aires y cuenta con el respaldo de Horacio Rodríguez Larreta y algunos mandatarios afines.
Esta jugada permite a Schiaretti contar con el apoyo del establishment en su carrera presidencial. La postulación de Randazzo busca reeditar el resultado de las elecciones de 2017, cuando el candidato del peronismo no kirchnerista sacó algo menos de medio millón de votos.
En la Provincia de Córdoba, el oficialismo confirmó a Rodrigo De Loredo como candidato para la Capital y Martín Llaryora para la provincia. Esto le permite a Schiaretti jugar a media máquina en las elecciones de la Capital y contar con el respaldo de algunos gobernadores peronistas para las provinciales.
La idea de Schiaretti es derrotar al candidato oficialista Axel Kicillof, que mantiene buenos números en su territorio y cuenta con el respaldo del kirchnerismo. Para ello, busca evitar problemas de gobernabilidad con un eventual triunfo de JxC en las nacionales.
El acuerdo cuenta con el respaldo de Horacio Rodríguez Larreta, así como de Emilio Monzó y con la influencia de Guillermo Seita, asesor de Larreta, Perotti, y Schiaretti. De surtir el efecto esperado, esta enrevesada estrategia podría ser clave para los comicios en la Provincia.
