Hasta el momento, Kicillof ha mantenido un total hermetismo y quienes han tenido la oportunidad de hablar con él en las últimas horas coinciden en que se encuentra de mal humor. Por otro lado, desde el entorno de Wado de Pedro, otro aspirante kirchnerista, han declarado que siguen en la misma situación. Sergio Massa, por su parte, continúa manteniéndose al margen de la disputa por la candidatura, pero no de las negociaciones políticas, tal como se había anticipado.
La posibilidad de una candidatura de Kicillof ya había tomado fuerza hace más de una semana, aunque luego quedó en el aire. Incluso se llegó a comentar que, en caso de ser el elegido, podría tomar licencia como gobernador para dedicarse por completo a la campaña. Esta especulación revela cierta malicia hacia Kicillof y se agravó cuando en La Plata se supo que la vicegobernadora Verónica Magario se reunió con Máximo Kirchner el miércoles, en plenas negociaciones por el cierre de alianzas.
La conveniencia de su candidatura ha sido compartida por los gobernadores peronistas en la cumbre de la semana pasada, una posición difícil de ignorar, especialmente si Cristina y Massa buscan un armado político abrumador que obligue al sector de Alberto Fernández a renunciar a la candidatura de Daniel Scioli, quien enfrenta problemas para mantener un armado nacional, pero ha demostrado voluntad de llevar las negociaciones al límite e incluso competir si ve oportunidades.
La versión de una posible candidatura presidencial de Axel Kicillof coincide además con los rumores sobre una eventual candidatura de Máximo Kirchner a gobernador. Sin embargo, si se confirma lo de Kicillof, fuentes cercanas a las conversaciones no descartan que aparezca un nombre impactante en esa casilla.
En privado, Kicillof atribuye el resurgimiento de su candidatura a la presión de Máximo Kirchner, pero también a los intendentes del Conurbano, quienes argumentan que, si Kicillof lidera la boleta en la provincia y tiene un buen desempeño, debería ser candidato a presidente. Este razonamiento podría extenderse a nivel nacional.
Kicillof ha expresado en más de una ocasión en privado que si Cristina Kirchner le ordena que sea el candidato a presidente, aceptaría la decisión, pero le gustaría tener una reunión a solas con ella para explicarle por qué cree que no es una buena elección.
La referencia a una comunicación directa con Cristina es una forma de responder a Máximo, quien se fue de gira a China con Massa durante una semana sin comunicarse con Kicillof para ponerlo al tanto de las conversaciones.
La señal más concreta de que Cristina no descarta la posibilidad de pedirle a Kicillof que compita por la Presidencia se dio durante un encuentro en el Senado con Emilio Pérsico. En esa reunión, cuando el líder piquetero sugirió que Kicillof fuera postulado, Cristina respondió de manera sugestiva: "Pero Axel no quiere".
Esto deja abierta la posibilidad de que, a pesar de los rumores y las especulaciones, la decisión final recaiga en Kicillof y su voluntad de aceptar o no la candidatura presidencial. El hermetismo y el mal humor con el que se le ha relacionado podrían indicar que aún está reflexionando sobre esta posibilidad y que le gustaría tener una conversación directa con Cristina para exponer sus argumentos.
En cualquier caso, la incertidumbre continúa y los rumores sobre una eventual candidatura de Kicillof siguen circulando en el kirchnerismo y el Senado. Habrá que estar atentos a los próximos movimientos y declaraciones de los actores políticos involucrados para obtener una mayor claridad sobre este tema.
