Con el inicio de los días de calor a pleno sol, el uso de anteojos oscuros se vuelve algo usual, y para muchos incluso necesario para la protección de la vista. Pero este es un detalle que no se debe tomar a la ligera a la hora de adquirir un par de lentes de sol, puesto que aquellos que no son los adecuados pueden causar graves daños. En este sentido la Dra. María Luisa Montoto de Rogel, médica oftalmóloga bandeña, en diálogo con Nuevo Diario mencionó que, “es importante saber cómo funciona la pupila es un esfínter que regula la entrada de la luz adentro del ojo, se agranda cuando estamos en la oscuridad y se achica con el sol, por lo que cada vez que pongamos algo oscuro se va a agrandar, cuando esto ocurre y no tiene un filtro que la proteja es más perjudicial y entra más la luz que si no tuvieras nada, es por eso que no se indica que compren los lentes de sol que se venden en la calle, que no tienen protección y agrandan la pupila, porque le estamos poniendo un plástico oscuro solamente y hacen que entre más el sol”.
Consultada sobre las enfermedades oculares que pueden causar a largo plazo el uso constante de lentes comunes mencionó que, “sobre todo en las personas adultas a nivel de la parte central, son las maculopatías, es una enfermedad degenerativa irreversible en la que se pierde la visión central y también los pterigión, que son muy comunes en zonas de vientos”, estas son algunas de las consecuencias que nos pueden causar y claro de lo que nos protegen aquellos lentes que se adquieren en ópticas y tienen proyección contra rayos ultravioletas.