Desde la ciudad de Calera, Estados Unidos, Nahum Locket y Eugenia Gómez vivieron el mundial de una forma particular, aferrados a las cábalas.
A pesar de sus horarios de trabajo que incluso les impidieron ver los partidos en ocasiones, celebraron en grande.
“Les contaba a mis compañeros de trabajo que el argentino es muy cabulero, por lo que rechacé que vengan a ver el partido a casa incluso. La vestimenta fue también, no usamos las camisetas durante los partidos y los teníamos que ver los dos solos en la casa si no estábamos trabajando”, dijo Nahum.
“Aquí mucha gente apoyaba a Argentina, nosotros lo vivimos con mucho sufrimiento a este último partido, seguro con los goles despertamos a los vecinos porque eran las 9, pero bueno después vino la alegría y muchos amigos se alegraron”.