A través de los años, muchos oficios fueron perdiendo a sus protagonistas como es el caso de los zapateros, oficio de gran utilidad, pero que poco se ejerce, al menos en la ciudad de La Banda.
Nuevo Diario dialogó con Enrique Bravo, mejor conocido como “Chacho”, bandeño de 60 años que hace 30 se dedica al arreglo, renovación y compra y venta de calzados de todo tipo de material, quien aseguró que, “hace muchos años había más gente que se dedicaba a esto, ahora somos pocos y nos conocemos”.
A lo largo de los años “Chacho” se perfeccionó en el oficio, lo que lo llena de orgullo, “por muchos años le di de comer a mi familia solo con este trabajo, fue mi sustento, y aunque ahora si hay mucha gente que viene a pedir que arregle sus calzados, yo ya estoy grande, este oficio implica mucho trabajo manual y me cuesta a veces o me lleva tiempo”.
Sobre las generaciones más chicas de su familia aseguró, “mi yerno aprendió el oficio y se dedica pero no en la medida que lo hago yo, mis hijas también aprendieron pero directamente no lo ejercen”.
Entre las principales características del oficio subrayó que, “lo importante es hacer el trabajo de calidad, es por eso que lleva tiempo e implica prolijidad. Hay que saber trabajar cada material de los calzados, no es solamente pegar y coser”.
Demanda
Consultado sobre la demanda que tiene el oficio en la actualidad enfatizó, “es mucha, los calzados están muy caros, entonces la gente trae para hacer arreglar porque les conviene, un cambio de suela de una bota por ejemplo sale $ 5.500 aproximadamente, incluyendo material y mano de obra, cuando una bota nueva no sale menos de $ 20.000 y quizás más”.
“También se hace renovación de calzados que salen más o menos $ 2.000”, agregó.
Finalmente “Chacho” destacó que, además de la reparación de calzados, también vende los mismos “hay gente que no tiene para hacerlos arreglar, yo les compro, los arreglo y vendo, es una forma de ayudar también a la persona creo”.
