El jueves, la diputada nacional Gabriel Brouwer de Koning junto a Sonia Almada, titular de la Asociación Civil Aralma (asistencia, investigación y capacitación en infancias), impulsaron tres proyectos de ley para combatir la violencia sexual contra los niños, niñas y adolescentes; uno de estos siendo que no prescriban delitos sexuales en menores.
Debido a este, Nuevo Diario dialogó con el Lic. en psicología Maximiliano Diaz especializado en niños, para así dialogar sobre dicha problemática y como esta afecta a los más pequeños, cuáles son sus síntomas, entre otros.
El Lic. expresó, “el abuso sexual infantil no es un problema nuevo, sino una de las formas de maltrato infantil que acompañó al desarrollo del hombre durante toda su historia. Así mismo, se puede precisar que, el abuso sexual infantil no ocurre solo en poblaciones marginales o de escasos recursos poblacionales, sino que abarca todas las culturas y todas las clases sociales. Recién ahora las personas involucradas se están animando a denunciarlo, lo que se refleja en una mayor cantidad de consultas, tanto en el nivel hospitalario como en el privado”.
Sobre el ámbito en el que más sucede explicó, “es el familiar, lo que hace su abordaje aún más problemático. Cuánto más cercano a la familia es el acto de abuso, más difícil es de trabajarlo, teniendo en cuenta, que en el caso de niños pequeños o personas con discapacidad, la información solo llega a través de un tercero” desarrolló.
“Generalmente la sospecha llega al consultorio por la demanda familiar (en general la madre) o por sospecha de un profesional (médicos, maestros), ante signos indirectos (lesiones genitales, vulvovaginitis reiteradas, trastornos
de sueño, enuresis, etc)” enunció el psicólogo infantil. Según el Lic. Diaz, en Latinoamérica , 1 de cada 5 niños son abusadospor un familiar cercano; en más del 50% hay evidencias de situaciones incestuosas; el 80% son amigos, vecinos o parientes.
Sobre el diagnostico expresó, “no es nada fácil y como suele pasar desapercibido durante mucho tiempo deja marcas emocionales, que cuanto más antiguas, más difícil sonde tratar”, concluyó el Lic. Maximiliano Diaz.
