Cada club deportivo tiene su historia particular, pero la del Besares Básquet tiene además el corazón puesto en cada ladrillo de su estructura.
Nuevo Diario realizó una visita especial a sus instalaciones en el barrio Besares y dialogó con su presidente, Franco Fantusatti, quien es acompañado del vicepresidente, Phillip Lockett, juntos y ayudados por su grupo de amigos reabrieron hace unos años las puertas que se habían cerrado por falta de mantenimiento, poniendo un gran esfuerzo en cada paso que dan, “siempre sale de algún lado, nos mantenemos con el corazón y la solidaridad de quienes nos quieren ayudar y aparecen como ángeles cuando más los necesitamos, así como también de este grupo de amigos que tienen el sentido de pertenencia del club y no lo dejan caer, incluso Nahum (Lockett) desde Estados Unidos nos ayudó ya en dos ocasiones con donaciones que envió gracias a su gente, por lo que nos sentimos orgullosos de que el club tenga tanto cariño de parte de quienes crecimos entre sus paredes”, comenzó relatando Franco.
Cumplir sueños
Si bien el deporte es importante para el crecimiento, desarrollo y salud de las personas, este club tiene otros objetivos, “si los chicos logran ser jugadores de élite por decir de alguna manera obviamente que nos llenará el corazón y sentiremos orgullo como ya pasa con Phillip y chicas que llevaron a Olímpico y Quimsa, pero lo que queremos es que no se olviden de su club y lo ayuden a crecer como nosotros lo hacemos porque es parte de nuestra infancia, podemos contar mil historias que pasamos en este lugar y hoy lo estamos sacando adelante. Lo más importante es que los chicos crezcan como personas de bien, que no estén en las calles, que tengan y puedan cumplir sueños, queremos darles ilusión, como ellos nos dicen ´si estudio y me esfuerzo ¿puedo ser como Phillip´? y mi respuesta es ´sí´, a cada uno de ellos, porque eso importa dar las ilusiones para que cumplan sus sueños con esfuerzo, es más, el mural que tenemos de él fue con este objetivo, que lo vean como ejemplo e impulsarlos”.
“Veo a mi hermano en cada niño”
Franco cuenta en su vida con una historia particular, su hermano falleció hace casi 10 años a sus 19, un golpe fuerte para él y su familia que también ayudó mucho al club. Luego de unos años de dolor, el joven tomó el valor de volver a este espacio para buscar consuelo en las sonrisas de los niños que concurren a él, “veo a mi hermano en cada niño que viene y sí muchas veces me emociono, porque quisiera que vea lo que hicimos a este lugar en el que compartimos tantas cosas, pero no se puede y al mismo tiempo me apoyo en los chicos que vienen y los veo sonreír y contentos de lo que pueden vivir y recargan mis baterías”, expresó emocionado.
Convivencia
Entre las características importantes que tiene el club está la inclusión o más bien convivencia, como decidió definirlo Franco, “vienen chicos con discapacidades y esto es algo que lo hicieron los chicos solos, incluir, convivir, aquí se trata a todos por igual sin importar su condición y se festeja a todos por igual desde una técnica bien hecha hasta el poder tener camisetas, eso es lo importante y no si alguien tiene una discapacidad o no”.
Educación
Así como impulsan a cumplir sueños, “queremos que los chicos estudien, a mitad de año y en diciembre tienen que traer sus libretas y soy el primero en decirles, ´quien no estudia no juega´, siempre me toca el papel de estricto pero pensamos que debe ser así, el estudio va de la mano del deporte para crecer, sea cual fuera la disciplina”.
