La décima generación encargada de la imagen de San Esteban en Sumamao, son Reynaldo, Juana y Hortensia Juárez, la mayor de los primos hermanos, que ya ha elegido a su hija Ely para que sea su sucesora y ahora una de las encargadas, como dicta su tradición, al igual que los otros dos tendrán sus sucesores.
En diálogo exclusivo con el Multimedio, Ely, brindó detalles de cómo se vive esta festividad. “El legado viene de generación en generación y según la tradición ancestral, uno de los tres depositarios o dueños del templete donde se encuentra la imagen de este santo, deben elegir a sus sucesores, que el día de mañana ocuparán su lugar. Y así, sucesivamente, actualmente se encuentra la novena generación. Y yo vendría a ser la décima, junto a mis primos Esta tradición, según cuenta la historia, la iniciaron mis ancestros”, contó.
“Mi bisabuelo Pancho (Francisco), murió a los 105 años. Mucha más gente cada año y más personas se convocan solas, ellas aman a su santo. Ellos solos se convocan, la organización también viene por parte de ellos. Y en los que tocan los bombos, todos los bombistas, los músicos con los acordeones, ya saben cuál es su ubicación. Y cuando la gente a caballo levanta una bandera, ya saben que tienen que ir por detrás del patrón”, explicó.
Por lo que, el armado de la ubicación casi de manera coreográfica de todos los roles se da de la siguiente manera: primero van los acordeonistas, los bombistos, la feligresía, el santo y detrás los jinetes que lo custodian.
Asimismo, siguió: “Nosotros nos preparamos desde la primera quincena de noviembre. Y estamos agradecidos con el gobernador Zamora, ya que desde el año 2005 que nos ayudan y está siempre presente. Y la peregrinación se inicia casi una semana antes de esta fiesta central”.
Para conocer un poco más sobre la familia actual, Ely tiene dos hermanos: Walter y Daniel; Juana tiene también dos: Ariel y Daniela; y Reynaldo, ocho hijos. Por lo que la décima generación está compuesta por 12 primos.
Por último, expresó: “Me llena de orgullo y satisfacción trabajar para esta fiesta, quiera Dios que esté a la altura, que me dé la sabiduría para poder continuar con el legado de mi amada madre. Y quiera Dios que con mis primos seamos bien unidos y sepamos coincidir, para que esta tradición no se pierda, y siga firme y fuerte”.
