En los tiempos actuales, la importancia de nuevos abordajes y conocimientos para la educación y la formación está íntimamente relacionada con nuestra realidad, y la misma está impactada por las nuevas tecnologías. Por ello, es clave entender los nuevos paradigmas en los procesos de enseñanza-aprendizaje; allí la educación y las nuevas tecnologías se interrelacionan y generan nuevos espacios, donde los docentes, educadores y modalidades curriculares deben ingresar. Deben ahí conocer los laberintos, los caminos y las claves de este proceso de apropiación de conocimientos.
Sobre estos conceptos, la Lic. María Fierro planteó: “Los alumnos no le encuentran relevancia a lo que aprenden, no prestan atención. Cuantos más estímulos auditivos, visuales, motores y emocionales, más posibilidades se tiene de que la información se almacene en la memoria de largo plazo. Es decir, para aprender, los alumnos deben integrar el oír, el ver, el decir y el hacer”. Esto es lo que plantea principalmente la profesional, Laura Lewin, que propone uno de tantos interrogantes: ¿Qué sabemos hasta ahora? ¿Cómo aprendemos?
“Todos somos únicos y aprendemos de maneras y en tiempos diferentes, pero todos aprendemos cuando el contenido nos parece relevante. El cerebro necesita un feedback inmediato para desarrollar el aprendizaje. Cuando el docente evalúa más seguido y sin nota, los alumnos aprenden más. Desde siempre, la evaluación ha sido una gran motivación para que los alumnos estudien. Sin embargo, aprobar un examen no implica haber aprendido. Cuando los alumnos estudian solo para aprobar un examen, aumenta la ansiedad y baja la motivación. Las instancias de evaluación representan una oportunidad maravillosa para trabajar el aprendizaje de los errores, del fracaso, aprender acerca de diferentes maneras de hacer algo (creatividad)”, explica Lewin, en su libro de 2017 (p. 165).
Para continuar la reflexión, algunas preguntas que se plantean: ¿Al planificar una clase nos centramos principalmente en cómo enseñar los contenidos o en buscar el aprendizaje de los alumnos? ¿Tenemos en cuenta que cada alumno aprende de maneras y en tiempos diferentes? ¿Buscamos enseñar contenidos relevantes para los alumnos? ¿Buscamos que nuestros objetivos estén alineados con los de los alumnos? ¿Evaluamos el aprendizaje y evaluamos para el aprendizaje?
“La evaluación sumativa está relacionada con la evaluación del saber del alumno. La evaluación formativa está relacionada con evaluar para que el alumno siga aprendiendo. En esta última, el profesor busca información relevante en el alumno para conocer cómo se está produciendo el progreso en sus saberes, y así tomar las decisiones pertinentes”, planteó.
Al seguir y remarcar que todos estos postulados los trabaja íntegramente Lewin, volviendo a sus argumentos: “Laura nos propone alinear tus objetivos con los objetivos de los alumnos, para que encuentren relevante el contenido y presten atención. Variar los métodos de enseñanza para crear memorias más sólidas. Impartir conocimientos significativos que brinden herramientas novedosas a los alumnos y ayudarlos a generar nuevos enfoques que les permitan solucionar problemas actuales”.
Por último, cabe recordar que Lewin estará en Santiago el próximo 26 de abril, donde trabajará en dos talleres: uno denominado “Que enseñes no significa que aprendas”.
