Una emotiva fotografía que circula en las últimas horas conecta el pasado misionero del actual Papa León XIV (anteriormente conocido como Robert Prevost) con la dedicación de tres hermanas de la congregación Dominicas de la Anunciata: María Teresa Calzada, Rosa y Marisol Barrios. La imagen, cargada de significado, fue tomada durante la ceremonia de consagración de una religiosa de su misma congregación en la Diócesis de Chiclayo, Perú, época en la que Prevost ejercía como obispo de esa jurisdicción antes de su reciente elección papal.
La presencia de las hermanas María Teresa Calzada, Rosa y Marisol Barrios junto al entonces obispo Prevost en este acto religioso subraya el profundo vínculo que el hoy Sumo Pontífice forjó durante sus años de servicio en tierras peruanas. Para estas tres religiosas, la fotografía no es solo un recuerdo de un momento especial, sino también un símbolo de su propio compromiso misionero en América Latina.
Su trayectoria religiosa las ha llevado a recorrer diversos destinos al servicio del Evangelio. Tras dejar la diócesis argentina de Añatuya, donde iniciaron su labor, las hermanas Barrios desarrollaron su misión pastoral en la desafiante geografía de la Diócesis de Pucallpa, en la Amazonía peruana. Posteriormente, sus caminos tomaron rumbos diferentes: la hermana María Teresa Calzada regresó a Añatuya para continuar su labor, mientras que la hermana Marisol fue destinada primero a Chile y luego a Paraguay, extendiendo su entrega más allá de las fronteras peruanas. La hermana Rosa, por su parte, actualmente sigue su vocación religiosa en la institución educativa Francisco Coll.
Esta fotografía, que ahora adquiere una nueva relevancia tras la elección de Robert Prevost como Papa León XIV, trasciende un simple encuentro. Se erige como un testimonio visual del espíritu misionero que anima a tantas mujeres y hombres de fe en América Latina y del impacto que figuras como el actual Pontífice han tenido en sus vidas y en sus comunidades. La imagen resalta la silenciosa pero poderosa labor de estas hermanas dominicas, cuyo compromiso y entrega han dejado una huella imborrable en las tierras donde han sembrado la semilla del Evangelio.