
Fernando Collor de Mello, expresidente de Brasil y el primero elegido democráticamente tras la restauración de la democracia en el país, fue detenido este viernes por orden de la Corte Suprema. El exmandatario, de 75 años, fue arrestado en Maceió, estado de Alagoas, tras ser condenado en 2023 a ocho años y diez meses de prisión por corrupción en una investigación derivada de la megacausa Lava Jato.
Collor de Mello se encontraba bajo custodia en la sede de la Policía Federal en Maceió y posteriormente fue trasladado al presidio Baldomero Cavalcanti de Oliveira. El juez Alexandre de Moraes, quien ordenó la detención, argumentó que la legislación brasileña permite que el recluso cumpla su pena en su lugar de residencia para mantener su proximidad a su entorno social y familiar. El magistrado también determinó que Collor de Mello debe cumplir la pena en régimen cerrado, en un ala especial de la penitenciaría, y exigió que se informe sobre las condiciones de salud del exsenador.
La defensa de Collor de Mello había solicitado prisión domiciliaria, argumentando graves problemas de salud relacionados con su edad, como Parkinson y trastorno afectivo bipolar. Según sus abogados, el exmandatario fue detenido en la madrugada cuando se dirigía a Brasilia para cumplir "voluntariamente" la decisión judicial.
La detención se produjo después de que Alexandre de Moraes rechazara el último recurso de Collor de Mello y ordenara el "inicio inmediato de la sentencia condenatoria". El juez consideró el recurso como "meramente dilatorio", destinado a evitar el desenlace del caso.
Collor de Mello fue hallado culpable de participar en una trama de corrupción en la empresa BR Distribuidora, antigua subsidiaria de Petrobras. La sentencia establece que el exsenador, junto con dos empresarios, recibió 20 millones de reales (3,5 millones de dólares) para facilitar contratos irregulares de BR Distribuidora con una tercera compañía para la construcción de bases de distribución de combustibles.
El caso de Collor de Mello se suma a una serie de problemas judiciales que han afectado a exmandatarios brasileños desde el fin de la dictadura militar. Luiz Inácio Lula da Silva, quien derrotó a Collor de Mello en las urnas en 1989 y luego fue presidente entre 2003 y 2010, también estuvo encarcelado por corrupción, aunque su condena fue anulada. Jair Bolsonaro, expresidente de ultraderecha, enfrenta la posibilidad de ser juzgado por intento de golpe de Estado.
Collor de Mello, quien renunció a la presidencia en 1992 en medio de denuncias de corrupción y protestas callejeras, regresó a la política en 2006 como senador por Alagoas. Durante su mandato como senador, utilizó su influencia para promover nombramientos en el directorio de una filial de Petrobras y direccionar contratos, según la Corte Suprema.
El fallo del juez De Moraes será sometido al escrutinio del pleno del Supremo Tribunal Federal, compuesto por 11 jueces. Tras cuatro votos a favor de la condena, la decisión fue aplazada para una sesión plenaria que aún no ha sido programada.
Con información de Página 12