En el marco de su campaña presidencial, el expresidente Donald Trump analiza una propuesta que podría cambiar el panorama familiar en Estados Unidos: la entrega de un bono de 5.000 dólares por cada bebé nacido en el país. La medida busca incentivar la natalidad, en respuesta a una preocupación creciente por la baja tasa de nacimientos registrada en los últimos años.
La propuesta aún no ha sido formalizada, pero ya genera debate tanto en sectores políticos como sociales. De implementarse, el beneficio alcanzaría a todas las familias que tengan hijos en territorio estadounidense, y sería parte de una política más amplia para revertir el envejecimiento poblacional y enfrentar posibles impactos económicos a largo plazo.
Según los datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, en 2023 la tasa de natalidad en Estados Unidos se mantuvo en 11 nacimientos por cada 1.000 personas, una cifra históricamente baja que ha generado alarma en economistas y demógrafos. Entre los factores que se señalan como responsables de esta caída están el alto costo de vida, la falta de licencias parentales adecuadas y el endeudamiento estudiantil.
Una apuesta política con impacto económico
La medida, que Trump evalúa incluir como uno de los ejes centrales de su plataforma electoral, no solo tendría impacto en las familias, sino también en la economía general. Algunos analistas destacan que el incentivo podría reactivar el consumo en ciertos sectores, como el de productos infantiles, salud y educación.
Sin embargo, otros expertos advierten que el bono, por sí solo, no resolvería los problemas estructurales que desalientan la maternidad y la paternidad. “El dinero puede ser un estímulo inicial, pero sin políticas de cuidado infantil, salud accesible y licencias laborales justas, no se verá un cambio sostenido en la tasa de natalidad”, señaló la economista Laura Ramírez, especialista en políticas sociales.
En el centro del debate político
La iniciativa se enmarca en un contexto de intensa competencia electoral, en el que Trump busca consolidar el apoyo de sectores conservadores que promueven los valores familiares tradicionales. También podría servir como contrapeso frente a las propuestas sociales del Partido Demócrata, que en los últimos años ha impulsado planes de ayuda familiar más amplios.
Por ahora, el bono de 5.000 dólares por nacimiento sigue en etapa de evaluación, pero el anuncio ya marca el tono de lo que podría ser una campaña presidencial con fuerte enfoque en políticas poblacionales y sociales. Resta por ver si la medida avanza, cómo se financiaría y qué impacto real podría tener en un país donde cada vez más jóvenes postergan o descartan la posibilidad de tener hijos.
